Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico

Cazando perros en Friol. ¿Qué podemos aprender?

Por Xabier Vázquez Pumariño
Biólogo, miembro de la directiva de ASCEL

Friol es un concello del interior de Galicia, al norte de la dorsal central gallega que vivió mejores tiempos en muchos sentidos, también en el natural: día a día cultivos de exóticos eucaliptos y pinos se comen el monte y las tierras agrícolas.

En él autorizó la Xunta de Galicia una batida de lobo para, se supone, tratar de atajar los daños que los cánidos producían en la zona. Decimos cánidos y decimos bien, porque después de celebrarse la batida lo único avistado y muerto es una perra. Antes de la batida y durante la misma, presuntamente tuvieron lugar hechos ilegales como la colocación de cámaras de fototrampeo en las que no debieron vislumbrar perro alguno. También fue ilegal cazar usando petardos y con la presencia de niños en el entorno. Ante la ausencia de resultados positivos, los amigos del gatillo, solicitan otra batida. A ver si de esta sale algún lobo.

¿Podemos aprender algo al respecto? Sin duda. Una de las cuestiones más controvertidas sobre los daños de los lobos al ganado es que en una porcentaje de veces indeterminada, quien mata ganado no son lobos, son perros, asilvestrados o de vecinos de la zona. En otras ocasiones ¿quién carroñea ganado en el monte muerto por otras razones? ¿Lobos, perros, ambos?

Estudios de alimentación han señalado que el lobo prefiere en un porcentaje altísimo presas silvestres mientras que con los perros ocurre lo contrario, prefieren presas domésticas. Por esta razón cuando se hablan de ataques recomendamos decir que son de cánidos, no específicamente de lobo. Determinar qué animal muerde es, en muchas ocasiones, imposible a no ser que se utilice tecnología de análisis genético. Y aun así, no estaremos seguros de quien mordió primero, o si quien lo hizo fue en “vivo”. Al respecto se suele citar el ejemplo del Reino Unido, sin lobos desde la Edad Media, pero que sufre al año perdidas significativas por ataques de perros a ovejas y corderos.

En el caso que nos ocupa, la batida fue solicitada específicamente para lobo, por lo que tenemos que deducir que nadie en la administración valoró, supuso, imaginó o determinó que podrían ser cánidos diferentes de los lobos quienes producían los daños. Los profesionales implicados en este hecho han demostrado no estar a la altura conceptual y científica mínima, además de no tener el básico principio de precaución entre sus consideraciones.

Encontramos otros elementos de interés en este incidente. La Xunta de Galicia tiene una línea de ayudas para prevención de ataques. En Friol nadie solicitó fondos y se ignora si las explotaciones afectadas previamente tenían alguna medida implementada. De no tenerla, simplemente estamos incentivando la falta de profesionalidad en el sector y, por lo tanto, desincentivando los buenos profesionales.

El daño ya está hecho porque la injusta fama del lobo ha vuelto a ocupar la primera página de los medios de comunicación locales. En este sentido, los medios y los periodistas que comunican sobre el lobo tienen la responsabilidad de hacerlo con rigor y de acuerdo a los hechos, no a las creencias más o menos instaladas. Recomendamos, una vez más, consultar nuestro manual básico para comunicar sobre el lobo. Es importante distinguir realidad y hechos de ficciones y creencias.

Matar lobos no reduce los daños al ganado, los aumenta. Los ataques son de cánidos, a veces de lobo. Alimentar con amarillismo los periódicos trae como consecuencia más batidas y consecuentemente más daños en los años posteriores.

Mantener como cinegético un depredador apical es absurdo desde cualquier punto de vista que se quiera mirar. Solo desde el populismo y el paternalismo con las poblaciones rurales tiene justificación alguna.

También hemos aprendido otra cosa, importante: algunas personas y colectivos se han autoerigido en representantes de intereses y guardianes de la opinión en torno al lobo, como grupos con los que contar, autodenominándose equidistantes entre los “polarizados”, es decir, los demás. A la vista de la información científica disponible y con la experiencia empírica acumulada que evidencia que este sistema no funciona, la postura respecto al lobo no admite inexistentes puntos medios. El hecho de que antes, durante y tras el incidente este tipo de organizaciones de nuevo cuño, que buscan proyectos –dinero- y protagonismo, no se hayan pronunciado contra el control letal de lobos les deja en el lugar que le corresponde, con la careta rodando por el suelo.

Pedimos información sobre batidas en Asturias

Ante evidencias de que se están llevando a cabo batidas contra los lobos en Asturias, las entidades conservacionistas representadas en el Comité Consultivo del Plan de Gestión hemos solicitado a la administración del Principado información que debiera ser compartida rutinariamente con dicho comité.

Hemos pedido información sobre el número de lobos matados en controles desde diciembre pasado. Solicitamos conocer también si han sido abatidos lobos con autorizaciones excepcionales, en las que haya participado personal ajeno a los agentes medioambientales. En caso de que así haya sido, solicitamos detalles sobre las medidas preventivas puestas en marcha para evitar la predación sobre ganado, así como la evaluación de las mismas.

Pretendemos así tener información para evaluar si los controles realizados, ya sean ordinarios o excepcionales, tienen justificación técnica y/o social, y si se ajustan a las motivaciones contempladas en los mandatos legales.

Wolf--800px

Las cortes de Castilla y León proponen degradar la Directiva Hábitats

Las Directivas Aves (1979) y Hábitats (1992) han formado parte esencial de la política ambiental comunitaria; pretendían proteger la biodiversidad en Europa, así como los servicios de los ecosistemas asociados a esta (polinización, protección contra la erosión, etc.). El último relevo al frente de la Unión Europea dio paso al ejecutivo de JC Juncker, que no tardó en mostrar talante desregulador, cuestionando “el estado de salud” de las directivas. Así, la Comisión Europea ha planteado un chequeo formal del estado de salud de la normativa ambiental, a completar entre 2015 y 2016. Es de esperar que pronto se publiquen las conclusiones formales del chequeo; mientras, el borrador del informe ha sido ya publicado: las directivas siguen siendo necesarias, y aportan beneficios claros, tanto esencialmente conservacionistas como económicos.

Entran en escena las Cortes de Castilla y León. Ajenas a asuntos mundanos como sostenibilidad, servicios de los ecosistemas, cambio global etc., respaldan estos días revisar y degradar la directiva Hábitats, para poder matar más lobos al sur del río Duero. Leemos que la propuesta parte del Partido Popular, y es acogida con agrado por PSOE, Ciudadanos y UPL, que votan a favor. Buscará ahora el lector los votos en contra; no los hay, Podemos e IU se abstienen.

El chequeo de la normativa ambiental europea, mencionado arriba, explica los balances entre esfuerzos conservacionistas y beneficios a percibir por la sociedad en general; esas explicaciones parecen ser necesarias para las personas sin inquietudes ambientales (al menos a priori). ¿Qué contempla la propuesta de las Cortes de C y L? ¿Cuál es el hito que superaría el funcionamiento de la normativa actual? Al parecer, la idea consiste en degradar la protección (mayor libertad aun para matar lobos) pero manteniendo los beneficios económicos directos a un sector (compensaciones varias por daños al ganado). Si alguien esperaba a estas alturas algo más elaborado, más solidario con el resto de sectores de la sociedad, habrá de buscarlo en otra parte.

No sabemos que mueve a los representantes en las Cortes de Castilla y León. Quizás el ímpetu electoralista, o quizás les mueva sólo el ímpetu primigenio de los días de caverna. Lo que sí sabemos es que tales propuestas no caducan tras las urgencias electorales, toda vez escritas y registradas más allá de la taberna.

Actualización 2016.06.19:
La propuesta está ya recogida en el Boletín Oficial de las Cortes de Castilla y León.

Rigor mortis

No es una novedad; el Gobierno de Asturias aspira a ser un referente planetario de respeto por los ciudadanos y la naturaleza. Aspira a gestionar el “paraíso natural”. No obstante, parece que le está costando. Puede ser que la afición de la Consejera de Desarrollo Rural y Recursos Naturales – María Jesús Álvarez – por disparar a todo lo que se mueve forme parte de las dificultades.

Veamos:

El pasado 9 de Diciembre, el Gobierno de Asturias, por medio de su Director General de Recursos Naturales y de su Jefe de Servicio de Caza y Pesca, presento al Comité Consultivo del Plan de Gestión del Lobo su programa: matar al menos 45 lobos en territorio asturiano a lo largo de 2016. Mejor dicho, “controlar” 45 lobos. Desconocemos si esos 45 son los más descontrolados, u otros. Los controles, dicen, se efectuarían al amparo del plan de gestión aprobado en 2015; el mismo que ampara que cazadores maten lobos sin pasar por la farragosa complicación legislativa de reconvertir a la especie en cinegética.

En esa reunión del 9 de diciembre, el representante de las asociaciones conservacionistas en el comité consultivo solicitó que la resolución del programa de “controles” le fuera notificada. Ya sabemos el respeto que el Gobierno de Asturias tiene por los ciudadanos, y por los procesos participativos; y sabemos que la administración está obligada a notificar las resoluciones. La solicitud parecía por tanto innecesaria, pero es que somos unos pesados.

Días después, el 21 de Diciembre, la Consejera de Desarrollo Rural y Recursos Naturales firmó la resolución que daba vía libre a los controles de población. Dicha resolución no fue notificada al representante de los grupos conservacionistas en el comité consultivo; se enteró por terceros 40 días más tarde. El 2 de Febrero, solicitó al Director General, por escrito y con registro de entrada en la Administración asturiana, que le fuera notificada la resolución. Pasado un mes de esa solicitud y dos meses y medio más tarde de la firma de la resolución, la administración asturiana sigue sin contestar.

Informa estos días la prensa de que la Consejera – sí, es siempre la misma – intervenía en sede parlamentaria para dar cuenta de la marcha del plan de control de población, eufemismo de “matar lobos indiscriminadamente y sin dar justificación alguna”: hasta el momento 6 ejemplares abatidos en lo que va de año, al menos dos de ellos en espacios protegidos (Parque Natural de las Ubiñas) y Red Natura 2000. Leemos en prensa que la Consejera María Jesús Álvarez destaca su “seriedad” y “rigor”.

Asturias, rigor mortis.

Asturias: matando lobos porque sí

El Gobierno del Principado de Asturias presentó recientemente ante el comité consultivo del plan de gestión su “programa de actuaciones de control del lobo 2015-2016”. ASCEL acudió a la reunión del comité en representación de los grupos conservacionistas (alguna consideración previa aquí).

Presumiblemente en los próximos días se aprobará ese nuevo y brutal programa: prevé eliminar al menos 45 ejemplares en las 7 zonas de gestión, y todos los individuos localizados en las “áreas sin gestión específica” (32 % de la superficie de Asturias). La imagen a continuación muestra esas zonas de gestión y exclusión, y un click la amplía en una nueva pestaña del navegador:

El sombreado azul cubre las 7 “zonas de gestión” del lobo en Asturias. El área sin sombrear corresponde a las zonas “sin gestión específica”.

La administración asturiana ha incluido para la temporada 2016 algunas novedades llamativas. Entre ellas la posibilidad de que los cazadores maten lobos en las Reservas Regionales de Caza, a pesar de que la especie no es cinegética en Asturias (más información aquí y aquí). Las reservas de caza en Asturias coinciden mayoritariamente con espacios de la Red Natura 2000 y parques naturales.

Otras novedades incluyen la previsión de situaciones “excepcionales” y “críticas” (retórica ciertamente bélica), en las que se autorizará que guardas de cotos y cazadores maten lobos. Tales excepciones no han sido definidas, ni se ha descrito el protocolo que permitirá declararlas, dando vía libre a la arbitrariedad.

Así y todo hay una novedad todavía más llamativa: la “razón” por la que se matarán esos lobos. Ante recientes evidencias científicas de que los controles de población no servirán para minimizar la predación sobre ganado, los técnicos de la administración asturiana sostienen que los lobos no se matan para conseguir objetivo alguno, sino simplemente porque la ley lo permite.

Técnica y gestión.

La caza no mejora la tolerancia hacia los cazados

La idea expresada en el título no es particularmente sorprendente desde el sentido común; no obstante, el sentido común no es estable, y debe ser contrastado por ciencia.

Una de las razones para promover “gestión cinegética” de lobos es que la oportunidad de cazarlos proporcionaría argumentos conservacionistas incluso a aquellos sectores sin sensibilidad o conocimientos previos. Algo así como “si podemos matar unos cuantos, protestaremos menos”. Y no pocos implicados en la gestión de los lobos abrazaron esa modalidad de conservación sonriente.

http://en.wikipedia.org/wiki/File:Caccia-lupo.jpg#/media/File:Caccia-lupo.jpg
http://en.wikipedia.org/wiki/File:Caccia-lupo.jpg#/media/File:Caccia-lupo.jpg

Acaba de publicarse un artículo científico cuestionando esa idea, a partir de datos recogidos en Wisconsin (USA). No podemos proporcionar aquí acceso al artículo completo, aunque sí al extracto divulgativo elaborado por la institución a la que pertenecen algunos de los autores. En esencia, las primeras impresiones apuntan a que la tolerancia hacia los lobos disminuyó – especialmente entre cazadores – a pesar de existir la posibilidad de cazarlos. Es de esperar de todas formas que aparezcan estudios a más largo plazo y con mayor tamaño de muestra.

Los estudios sociológicos se consideran importantes en biología de la conservación desde la definición de la disciplina. Esos estudios serán los responsables de aclarar, de forma contrastable y repetible, qué efectos sociales podemos esperar de las medidas de gestión. Esperemos que vayan sustituyendo a las meras asunciones.