Es algo que ASCEL y muchos investigadores vienen denunciando desde hace tiempo: no todos los daños reclamados como ataques de lobo son realmente producidos por esta especie.
El último caso conocido ha sido el de la explotación ganado ovino en San Agustín del Pozo (Zamora), donde un ataque de cánidos acabó con 60 ovejas y su propietario denuncio los hechos achacando al lobo la responsabilidad de los hechos.
Dada la gravedad del ataque se desplazó hasta la zona la patrulla de especialistas que tiene la aministración de C y L para el control de cánidos al sur del Duero, y un veterinario especializado de la empresa que da asistencia a los ganaderos. Todos ellos coincidieron en que los mordiscos que presentaban los animales no se correspondían en tamaño ni en forma con los de un ataque de lobo y que podían haber sido provocados por animales con una mandíbula claramente más pequeña.