En la primera semana de octubre, un cazador ha abatido en la comarca de Tierra de Campos vallisoletana un cachorro de lobo, en concreto una hembra de unos cinco meses de edad. La caza del animal fue autorizada por la Consejería de Medio Ambiente, supuestamente como justificación a daños sobre la ganadería, aunque un cachorro de esa edad no es precisamente capaz de causar ningún tipo de ataque.
Desde ASCEL, se ha pedido información a la Junta de Castilla y León sobre este tipo de permisos, solicitando entre otros datos los motivos que justifican estos controles, y los procedimientos para ejecutarlos.