Consideramos inaceptables las fotografías colgadas por dos celadores de la Junta de Castilla y León en el foro de la Asociación Española del Perro de Sangre, en el cual ambos individuos posan con una gran sonrisa y sin ningún tipo de pudor con una loba que acaban de cazar durante un control de la especie, entendemos que autorizado por la propia administración.
El relato de uno de los propios celadores en el Foro narra de forma escabrosa el disparo que realiza, la agonía del lobo huyendo herido, el ataque del perro, e incluso se atreve con el sonido del disparo final, el que ejecuta un lobo más en un espacio natural protegido, el Parque Natural de Fuentes Carrionas y Fuente Cobre-Montaña Palentina.
Es imprescindible recordar que estos celadores son trabajadores de una administración pública, y resulta improcedente que realicen este alarde grotesco de una actividad oficial que es parte de su trabajo. La presencia de un perro de sangre, que a buen seguro no ha sido aportado por la administración, los comentarios en el foro cinegético, el posado con el trofeo, hacen dudar a cualquier ciudadano si se encuentra ante un funcionario público en el desarrollo de sus funciones o ante un cazador que ha comprado un permiso de caza, eso si, en este caso pagado con los impuestos de todos los ciudadanos.
Los controles de población de lobos son un asunto muy controvertido de la gestión de la especie, y pueden tener muy poca, si es que alguna, justificación, ya sea técnica, científica e incluso ética. Máxime si estos se producen en una zona donde los daños a la ganadería son muy reducidos y su impacto económico es muy reducido.
No es de extrañar que la población sensibilizada con la conservación de la naturaleza tenga muchas dificultades para comprender y valorar el trabajo de estas personas, que tienen como función básica la conservación de la fauna. Y tampoco parecen comprensibles los supuestos fundamentos en que se basan las administraciones que las dirigen. Y más incomprensibles aún si, como en este caso, se alardea de algo que tiene muy poca gracia.
¿Qué pensaríamos si algunos policías, una vez ejecutado un desahucio, se hicieran fotos sonrientes y orgullosos frente a la puerta desvencijada de la vivienda y la mirada desolada de las personas desalojadas?. Mientras tanto, algunos técnicos de las administraciones de medio ambiente se preguntan, asombrados, porqué los “ecologistas” se muestran tan críticos con su razonable gestión de los recursos naturales, en general, y de lobos, en particular.
Por último, ahora que la Junta de Castilla y León ha firmado ya el finiquito de una figura anacrónica como eran las Reservas Regionales de Caza, ASCEL solicita la desaparición de la figura de celador de caza de la administración regional, y que esos trabajos pasen a ser desarrollados por los agentes medioambientales.