Calvo incendiado

Autor del texto: José Carral Fernández

En democracia los cargos públicos comportan una gran responsabilidad y el deber de asumir las críticas y la fiscalización de los ciudadanos, colectivos y agentes sociales. Sus declaraciones en fecha tan señalada como el 23 de febrero en el diario La Voz del Trubia son de extrema gravedad y antidemocráticas. Es a los ciudadanos depositarios del estado de opinión a quien tiene usted debe dar explicaciones. Afirmar que ha perdido esa batalla, no olvide que las batallas forman parte de las guerras, es tanto como decir que está en guerra con ellos y muestran su incompetencia y su fracaso para persuadir y convencer con argumentos legales y técnicos sobre la posición de su gobierno. Gobierno de todos los asturianos que ha hecho de la protección del lobo un casus belli.

Un problema que en coste económico y relativizando es una gota de agua en medio del océano en una región con medio millón de cabezas de ganado. Con los gastos y fastos contables y por lo que se ve malos asesores de su gobierno, se sufragaban los daños causados por el lobo anualmente. Ha minusvalorado y menospreciado que una parte de la sociedad asturiana conoce perfectamente la situación del sector y la ganadería y la conservación del lobo. Sector que tiene problemas, por desgracia, infinitamente mayores que el malvado lobo y que sus gobiernos no han sabido resolver. Ha mostrado que desconoce, ignora o niega el procedimiento legalmente establecido para la inclusión de una especie en el RD 139/2011 (LESRPE), legítimo y democrático que de abajo arriba (participación pública) fue iniciado por una asociación conservacionista (ASCEL) y respaldado por un comité científico, por la ciencia.

Sr Calvo, se ha tocado a rebato (a “retrete”) en cámaras locales y se han escuchado pronunciamientos en los que se vertían afirmaciones que ponían de manifiesto la más absoluta desinformación e ignorancia sobre el status legal del lobo.

Sr Calvo, ha olvidado usted, que ha sido la formación a la que pertenece al que ha promovido, apoyado y aprobado a mayor gloria, la mayor parte de la normativa vigente en materia de protección ambiental incluida la del lobo. Parece haber olvidado usted, que su departamento es el responsable de velar por el cumplimiento de la normativa de protección del medioambiente regional, estatal y comunitarias y de combatir el fraude en el cobro de daños del lobo.

Sr. Calvo, no se olvide de recordar a los ganaderos que el dinero de las subvenciones lo pagamos todos y tiene clausulas ambientales.

Sr Calvo, vive usted en su mundo, tan familiar, del que viene y el cual le respalda. No le ha importado agitar y fracturar a la sociedad asturiana en provecho suyo y de su partido relegando a una parte de ella.

Sr. Calvo, quien hace una profecía está atrapado por ella, y en su caso —como cargo público— no ha medido su alcance y consecuencias. Sus declaraciones son incendiarias, tóxicas, y matan, porque de incendios, veneno y furtivismo hablan, y no lo condenan. En vez de llamar a la calma y prudencia, su admonición bíblica huele a matonismo político y es una irresponsabilidad por la que yo le ruego que dimita cuanto antes.