Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico

Ya disponible el canal de Whatsapp de ASCEL

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En esta nueva herramienta difundiremos actualidad de interés sobre nuestra asociación. Este canal está disponible en el buscador de la pestaña «novedades» de vuestras aplicaciones de mensajería de «Whatsapp». No obstante, y de manera más directa, podéis acceder al enlace entre paréntesis  pinchando directamente aquí. Podéis también suscribiros -o no- a dicho canal libremente.

Tiene una vocación inequívoca de ser otra herramienta de comunicación más de ASCEL, pero con carácter voluntario, unidireccional y sin carácter invasivo, lo cual quiere decir que:

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Os esperamos.

Luis Mariano Barrientos, in memoriam

Autor:Alberto Fernández Gil

Tuve la fortuna de conocer a Luis Mariano Barrientos cuando ambos éramos veinteañeros, y de haber sido su amigo durante décadas. Le conocí en el que probablemente fue el primer congreso lobero que tuvo lugar en España, en 1987 en Salamanca, y sin duda aquel día fue uno de esos hitos que cambian el rumbo de la vida de uno sin ser consciente de ello, al menos hasta pasados muchos años. No diré que nos convertimos en inseparables desde aquel día (Luis Mariano fue siempre un tipo solitario, aunque aparentemente extrovertido), pero los siguientes años trabajé con él a menudo, cuando la Junta de Castilla y León aún le contrataba los censos de grupos de lobos en La Culebra, e incluso en toda la región. Y sobre todo salí al campo con él cientos de veces, cada día maravillado de los lugares que habitaban los lobos esteparios que él adoraba y, ante todo, y cada día, sintiendo asombrado el don único que ese hombre tenía para detectar a los lobos, para verlos, y para entender el paisaje como nadie he visto jamás que lo hiciera, mucho más cerca de la percepción de los lobos (y sé que al decir esto me meto en un pantano) que la del resto de los humanos.

De aquellos años aprendí casi todo lo que sé de los lobos de las estepas cerealistas, nos reíamos con él hasta el desmayo (y con Miguel Rico, nuestro grandísimo colega y naturalista gigante), y supe también de las obsesiones y de la dificultad de trabajar con una persona que anteponía los lobos casi a su propia vida (confío que Rosa y sus hijos me perdonen por semejante opinión).

Luis Mariano fue no sólo una leyenda para todos los que le conocimos y le quisimos a lo largo de los años, sino sobre toda una inspiración para trabajar por la conservación de los lobos ibéricos, una persona que siguió el legado dejado por Félix Rodríguez de la Fuente en unos años oscuros y tenebrosos donde la caza, los controles de población y el furtivismo eran la norma en nuestro país. Fue en esos años en los que de su mano se creó ASCEL (y de la de Juan Ángel de la Torre y Fernando Jubete) [Nota de ASCEL: fueron nueve los socios fundadores] que creció y peleó hasta conseguir la protección de los lobos hace apenas tres años, un legado que el propio Luis Mariano llegó a conocer, y espero que a disfrutar; un legado que le debemos en gran parte, y que permite ver un futuro algo más luminoso sobre la conservación de los lobos en España.

Por Alberto Fernández Gil (Enero de 2025)

Tuve la fortuna de conocer a Luis Mariano Barrientos cuando ambos éramos veinteañeros, y de haber sido su amigo durante décadas. Le conocí en el que probablemente fue el primer congreso lobero que tuvo lugar en España, en 1987 en Salamanca, y sin duda aquel día fue uno de esos hitos que cambian el rumbo de la vida de uno sin ser consciente de ello, al menos hasta pasados muchos años. No diré que nos convertimos en inseparables desde aquel día (Luis Mariano fue siempre un tipo solitario, aunque aparentemente extrovertido), pero los siguientes años trabajé con él a menudo, cuando la Junta de Castilla y León aún le contrataba los censos de grupos de lobos en La Culebra, e incluso en toda la región. Y sobre todo salí al campo con él cientos de veces, cada día maravillado de los lugares que habitaban los lobos esteparios que él adoraba y, ante todo, y cada día, sintiendo asombrado el don único que ese hombre tenía para detectar a los lobos, para verlos, y para entender el paisaje como nadie he visto jamás que lo hiciera, mucho más cerca de la percepción de los lobos (y sé que al decir esto me meto en un pantano) que la del resto de los humanos. De aquellos años aprendí casi todo lo que sé de los lobos de las estepas cerealistas, nos reíamos con él hasta el desmayo (y con Miguel Rico, nuestro grandísimo colega y naturalista gigante), y supe también de las obsesiones y de la dificultad de trabajar con una persona que anteponía los lobos casi a su propia vida (confío que Rosa y sus hijos me perdonen por semejante opinión).

Luis Mariano fue no sólo una leyenda para todos los que le conocimos y le quisimos a lo largo de los años, sino sobre toda una inspiración para trabajar por la conservación de los lobos ibéricos, una persona que siguió el legado dejado por Félix Rodríguez de la Fuente en unos años oscuros y tenebrosos donde la caza, los controles de población y el furtivismo eran la norma en nuestro país. Fue en esos años en los que de su mano se creó ASCEL (y de la de Juan Ángel de la Torre y Fernando Jubete) que creció y peleó hasta conseguir la protección de los lobos hace apenas tres años, un legado que el propio Luis Mariano llegó a conocer, y espero que a disfrutar; un legado que le debemos en gran parte, y que permite ver un futuro algo más luminoso sobre la conservación de los lobos en España.

Luis Mariano Barrientos

 

ASCEL presenta alegaciones al Plan de Gestión del lobo del País Vasco

El borrador del primer plan de gestión del lobo del País Vasco (en adelante, CAPV) ha llegado 4 años y 7 meses después de su inclusión como especie en el Catálogo Vasco de Especies Amenazadas. Y el pasado lunes 21/10/2024, finalizó el plazo de consulta pública para presentar alegaciones al borrador del plan propuesto por el Gobierno Vasco.

El doble blindaje legal del lobo en la CAPV, mediante (1) su catalogación regional, conseguida después de más de 8 años por una asociación como el “Grupo Lobo de Euskadi” en 2020, y (2) con su inclusión en el Listado español “LESRPE”, gracias a nosotros en 2021, ha permitido que, por fin y por primera vez, hayamos visto en España un plan de gestión en el que las medidas letales (caza y/o control) no sean la piedra angular de desarrollo y contenido de dichos planes. Debemos recordar que un “plan de gestión” es el nombre de la herramienta legal de aplicación que deriva de la catalogación de cualquier especie en la CAPV, esté en peligro de extinción, vulnerable, o no.

Pero también hemos considerado en ASCEL que el plan de gestión objeto de la consulta pública es manifiestamente mejorable por diversos motivos. En nuestro extenso documento de alegaciones (de 33 páginas), registrado en tiempo y forma, hemos reflejado la necesidad de priorizar más las acciones de conservación –y en particular, sobre la caza ilegal-, de educación ambiental sobre la importancia ecológica de los lobos, de seguimiento de la población de lobos en la CAPV basado en la aplicación de técnicas genéticas no invasivas y en el diagnóstico forense genético de la incidencia atribuida al lobo, y no poner tanto el énfasis sobre aspectos que atañen a la ganadería en un plan de conservación de lobos. La necesidad de que el sistema ganadero vasco deje de erigirse en una «ruina ecosistémica» general, además de su incompatibilidad manifiesta con la presencia de lobos (y muchas otras especies salvajes), deben ser abordados en planes de ordenación pascícolas y/o en planes territoriales sectoriales ganaderos propios. No puede supeditarse la obligatoria conservación del lobo a la pervivencia de una ganadería abandonada o mal gestionada.

También hemos solicitado al Gobierno Vasco que designe y apruebe “Áreas críticas” -que no ha contemplado en su borrador de plan, a pesar de que la ley marco ambiental regional le obliga-, sobre al menos 131 km2 de áreas de elevada potencialidad a priori para la reproducción de grupos de lobos. Esta superficie no es continua, sino que está repartida y dispersa por toda la CAPV sobre los al menos 8 grandes espacios territoriales susceptibles de albergar grupos reproductores de lobos en la CAPV (la mayoría, alaveses), según informes contratados y pagados con dinero público. En el último medio siglo, únicamente cuatro de esas zonas vascas potenciales (compartidas con Burgos y Cantabria) han albergado grupos de lobos, en algún momento, sin continuidad espacio-temporal ni apenas simultaneidad, por lo que esta consideración redunda aún más en la necesidad de establecer una zonificación y áreas críticas en el seno del plan de gestión.

Por último, hemos recordado al Ejecutivo Vasco que no interpreta adecuadamente la Directiva Hábitats, ni siquiera la ubicación geográfica vasca con respecto a protección estricta inferida para el lobo en la misma por el Anexo IV (“especies animales y vegetales de interés comunitario que requieren una protección estricta”), donde se encontraría el extremo oriente alavés y la mayoría de Gipuzkoa), y por el Anexo V (“especies animales y vegetales de interés comunitario, cuya recogida en la naturaleza y explotación pueden ser objeto de medidas de gestión”) (véase figura 1). E incluso por el simple hecho de tener una mínima previsión ante la posibilidad de que pudieran aparecer lobos italo-franceses (C. l. italicus) u/y otros centroeuropeos (C. l. lupus) en su territorio, no solo ejemplares de los montes cantábricos. Resaltamos en ese sentido la consideración del papel geográfico que ostenta la CAPV para la conectividad de los lobos entre el noroeste de España y el sur de Francia, dada su situación geográfica de «puente» entre la Cordillera Cantábrica (su principal refugio español y núcleo poblacional más denso), Pirineos y el Sistema Ibérico norte.

Figura 1. Imagen de España donde se observa en sombreado naranja la distribución oficial del lobo Canis lupus, en azul el río Duero, y donde se indican los ámbitos de zonificación según la interpretación de la Directiva Hábitats que distingue la aplicación de distintos Anexos para lobos al norte y al sur del Duero. Si se observa la línea punteada vertical no es tan fácil discriminar lo que está al norte y al sur del Duero, dado el recorrido de dicho río, lo cual no debería ser interpretable. La CAPV queda inequívocamente comprendida para el lobo entre norte y sur del Duero para el caso de la aplicación de los Anexos de la Directiva Hábitats, estando la franja más oriental de su territorio (Gipuzkoa y extremo oriental de Álava sobre el anexo IV, y no el V). Fuente de la imagen: Quevedo y col. (2019)

Gestión de los grandes carnívoros: ¿Ciencia o prejuicio?

La gestión del lobo Canis lupus en España es un tema de intenso debate mediático, especialmente tras su inclusión en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESRPE) hace ya tres años. Su situación sigue siendo controvertida, con diversos procesos judiciales en curso en la Audiencia Nacional y una creciente presión de algunos grupos políticos para reducir su nivel de protección, tanto a nivel nacional como europeo. Un estudio publicado en una revista científica internacional comandado por investigadores de la Universidad de León ha puesto de manifiesto la falta de coherencia en la gestión de grandes carnívoros, exponiendo la brecha existente entre la ciencia y la política.

Protección del lobo en España: un debate en los tribunales

El lobo es una especie clave en los ecosistemas, desempeñando un papel fundamental en la regulación de las poblaciones de presas y en la estructura de las comunidades ecológicas​. No obstante, el retorno de la especie a áreas rurales donde ha estado ausente durante décadas, lo que ha llevado a algunas comunidades a exigir que la especie pueda ser matada por caza recreativa o por la supuesta incidencia de la especie sobre la cabaña ganadera​.

Desde la inclusión del lobo en el LESRPE en 2021 gracias a la acción administrativa y judicial de ASCEL, la muerte de ejemplares esta especie en forma de caza y de otras modalidades de control letal ha sido prohibida en todo el territorio nacional. Sin embargo, cuatro comunidades autónomas, donde anteriormente el lobo se podía matar, han presentado respectivas demandas judiciales para revertir esta decisión en la Audiencia Nacional.

El marco legislativo sobre la biodiversidad está para cumplirse con todas las especies, incluida el lobo.

El debate sobre la protección del lobo no se basa en consideraciones legales y científicas, sino en tensiones socioeconómicas, particularmente mediáticas inducidas por la pluma de algunos periodistas que mediante una estrategia de manipulación hacen percibir al lobo como amenaza sistémica para la ganadería e incluso para las personas​, pero sobre todo y a nivel político, cuando algunos grupos políticos quieren revertir el status quo en virtud de una malintencionada asunción de que no fueron argumentos científicos, ecológicos, culturales y legales los que condujeron a la protección del lobo en el LESRPE, sino motivos “ideológicos” de la otra bancada política.

La petición y justificación de la protección nacional del lobo tiene su gestación en una petición legal justificada con el menor conocimiento técnico-científico, promovida por la sociedad civil organizada a través de una ONG (ASCEL), no en una iniciativa gubernamental ni ideológica.

La acción de ASCEL condujo inevitablemente al Gobierno central a tramitar la propuesta legalmente formalizada durante un largo proceso reglado administrativo de dos años de duración (en el que también participaron las Comunidades Autónomas desde el principio) y por último, a actualizar en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el nuevo marco de protección del lobo. Pero el Gobierno español no incluyó al lobo en el estatus de especie «Vulnerable» en el seno del Catálogo Español de Especies Amenazadas (CEEA) que implicaría una mayor protección legal y políticas proactivas de conservación y recuperación, sino que lo incluyó solo en el «Listado» (LESRPE).

Este nivel de protección implica cese de muertes de lobos y una elevada cobertura administrativa y penal ante la muerte intencionada de lobos (por caza recreativa y/o control letal de las administraciones), pero supone una protección pasiva y no proactiva, como la que le hubiera otorgado el CEEA, en forma de planes de recuperación (como tienen las especies amenazadas). El lobo no se incluyó en ese Catálogo (CEEA) por la falta de publicaciones científicas que demostraran una reducción significativa de su rango histórico, un requisito clave legal para obtener dicha clasificación en el BOE​​. Sin embargo, estudios científicos recientes han comenzado a arrojar luz sobre la distribución histórica y presente del lobo, indicando que la distribución actual en España podría cubrir menos del 30% de su área de distribución histórica. No solo eso, sino que las poblaciones de lobo en España siguen aisladas demográficamente de otras poblaciones europeas y presentan una diversidad genética alarmantemente baja​, lo que sugiere la necesidad de permitir su recuperación distribucional, incrementar sus poblaciones y conectarlas con el resto de las poblaciones europeas para incrementar sus probabilidades de conservación a largo plazo.

La gestión del lobo en Europa: ¿ciencia o política?

El debate sobre la gestión del lobo no se limita a España. A nivel europeo, tanto el Parlamento, como la Comisión Europea, ha planteado por enésima vez, la posibilidad de reducir la protección estricta de los lobos tanto en el Convenio de Berna, como en la Directiva Hábitats. Esto permitiría una mayor flexibilidad en su manejo, incluido el control letal en áreas donde la incidencia de la especie sobre la ganadería sea mayor​. Esta propuesta ha sido criticada en esta publicación científica reciente.

Los autores del mencionado trabajo científico argumentan que cualquier decisión sobre la protección de los grandes carnívoros, como el lobo, debe basarse en el principio de precaución y en la mejor evidencia científica disponible. Este principio, de aplicación en otras políticas ambientales de la Unión Europea, permite la adopción de medidas preventivas para proteger el medio ambiente en casos de incertidumbre científica. En contra de este principio, la reducción de la protección del lobo a nivel europeo se plantea sin atender en absoluto a criterios científicos, mientras que la escasez de datos se utiliza como una razón para denegar niveles de protección más altos, y eso a pesar de que la especie se encuentra en un estado de conservación desfavorable. La ciencia demuestra, además, que las medidas de control letal no suelen ser efectivas para reducir los ataques al ganado y, en algunos casos, pueden incluso exacerbar el problema. Tampoco mejoran la percepción social ni sirven para reducir la caza ilegal. Es más, estudios en diferentes continentes sugieren que la eliminación de lobos puede desestabilizar las estructuras de las manadas, aumentando la depredación sobre ganado​ desprotegido. Por tanto, todas las recomendaciones sugieren la necesidad de concentrar los esfuerzos de gestión en implementar medidas preventivas para reducir la potencial incidencia de los lobos sobre el ganado y mejorar las prácticas de manejo ganadero, mediante acciones tales como el empleo de perros guardianes (mastines, etc.), el uso de vallas protectoras​ (electrificadas, etc.), la recogida nocturna del ganado y su acompañamiento permanente por pastores.

Conclusión: el futuro del lobo en un contexto de incertidumbre

El debate legal y político sobre la gestión del lobo continúa, tanto en España como en Europa, y es esencial que las decisiones se tomen con base a datos científicos sólidos. La protección del lobo debe ser coherente con las obligaciones internacionales de conservación de la biodiversidad, y cualquier flexibilización en su gestión debería evaluarse cuidadosamente para evitar consecuencias ecológicas negativas.

El lobo, como especie clave en los ecosistemas, no solo representa un desafío de gestión, sino también una oportunidad para repensar la coexistencia entre humanos y fauna salvaje. Mientras el debate sigue su curso en los tribunales, la comunidad científica insiste en que solo un enfoque basado en el conocimiento y en el principio de precaución garantizará la viabilidad a largo plazo de esta especie clave.

Pero no solo la academia, sino que los resultados de la consulta pública lanzada el año pasado por parte de la presidenta de la Comisión Europea Von der Leyen para supuestamente recabar información para actualizar ad hoc el estatus del lobo en un marco preelectoral, tampoco justificaría la degradación de su protección europea a tenor de las respuestas obtenidas en dicho sondeo por parte de la Comisión Europea. Así, el 71% de los participantes, abogaba por la protección estricta de los lobos. Y ese porcentaje era del 95% para el caso de España.

 

 

Dejar de matar lobos ilegalmente en España mejorará su salud genética

Lo que más importa para la conservación a largo plazo de una población es el número de individuos reproductores, y en el caso del lobo en España depende de 600 adultos reproductores distribuidos en 300 grupos familiares (700 ejemplares para la población ibérica si añadimos los 50-60 grupos de lobos estimados para Portugal desde hace décadas).
 
Hay que reseñar que un área de distribución continua en el noroeste ibérico no implica una población continua, sino que puede haber fragmentación interna por cuestiones endógenas (genéticas) y exógenas (humanas).
 
También hay que revelar sin tapujos que las causas que impiden la recolonización del lobo en España y la recuperación de buena parte de su área de distribución histórica reciente (que además tiene elevada capacidad ecológica para albergar lobos), son de origen humano, y son prioritariamente sobre las cuales podemos actuar a corto plazo.
 
Hay que dejar de matar lobos, porque la mortalidad por la caza ilegal (y también la legal hasta su inclusión en LESRPE en 2021) y la persecución derivada de los controles letales aprobados por todas las administraciones autonómicas y provinciales españolas (Castilla y León, Asturias, Cantabria, Galicia, La Rioja y Diputaciones Forales vascas), es la que contribuye en primer término a limitar la dispersión efectiva y a explicar su baja diversidad genética.
 
Que un lobo alemán, francés o italiano se disperse miles de km por Europa y existan pruebas de su presencia en España y/o Portugal, no tiene relevancia poblacional efectiva si no hay reproducción, y no existe una sola evidencia de reproducción entre ejemplares italo-germano-franceses con sus congéneres específicos hispanos. Esa conexión permitiría un rescate genético de lobos ibéricos incrementando su tamaño de población efectivo.
 
No se pueden hacer políticas territoriales con grandes carnívoros como los lobos a nivel autonómico o provincial. Esa es la fragmentación española más relevante que afecta al lobo y que en ASCEL hemos combatido administrativa y judicialmente desde nuestra creación hace 24 años. De ahí, la importancia de proteger de forma efectiva al lobo a nivel nacional y la consecución para ASCEL del hito histórico de su inclusión en el LESRPE en el año 2021. 
 
Os invitamos a que visualicéis estas interesantes cuestiones en el programa de TVE «Objetivo Planeta» con el periodista Lorenzo Milá y la destacada aparición de tres científicos que trabajan con la biología y genética de la conservación de lobos en la Estación Biológica de Doñana-CSIC y la Universidad de Oviedo.
 
 
Previamente, en Junio de 2022, dicho programa de la TV pública nacional trató también la cuestión de la protección integral y total del lobo, en la cual ASCEL y un representante de su Directiva, como protagonista de la situación legal del lobo originada, tuvo lógicamente un papel protagonista muy destacado en el programa.
 
 
 
 

A buenas horas, mangas verdes (ura joan eta gero presa egin)

ASCEL ha participado en el proceso de consulta pública previa para la elaboración de un plan de gestión del lobo en el País Vasco.
Hemos solicitado, como alternativa no contemplada en la consulta gubernamental, la necesidad de elevar de oficio la categoría de protección regional vasca otorgada a la especie, dada la importancia como corredor geográfico de esta comunidad autónoma situada entre la Cordillera Cantábrica, Pirineos y el Sistema Ibérico, y porque el debate jurídico en instancias superiores en Madrid puede implicar la inclusión del lobo en el Catálogo Español de Especies Amenazadas como taxón «Vulnerable», dejando obsoleto el plan vasco.

La consulta pública previa lanzada por el Gobierno Vasco se ha realizado tres años y ocho meses después de la protección regional del lobo en marzo de 2020 en dicha región. Como antecedentes, debemos recordar que el lobo fue protegido en el País Vasco en marzo de 2020, un año y medio antes que en el Gobierno central lo incluyera en el LESRPE y que, al igual que en el resto de España, el lobo no fue protegido por generación espontánea, o por manifestaciones de la gente, ni tampoco por las peticiones de oficio surgidas de los funcionarios ambientales de las administraciones vascas, sino que fue incluido en el Catálogo Vasco de Especies Amenazadas gracias a la inducción administrativa y judicial del Grupo Lobo de Euskadi, que obligó al Ejecutivo Vasco a cumplir la ley.

En esta ocasión, desde ASCEL hemos hecho saber al Gobierno Vasco que hacer «el avestruz» a la hora de la aplicación de sus propias leyes y de las obligaciones legales contraídas por los compromisos nacionales e internacionales (como el Convenio de Berna y la Directiva Hábitats), como ha hecho durante décadas, ha sido un desastre de gestión. Que el Gobierno Vasco haya tardado 24 años en proteger al lobo (algo que deberían haber efectuado de oficio desde la aprobación del primer Catálogo Vasco de Especies Amenazadas en 1996) y que haya «esperado» otros casi 4 años más, tras su catalogación regional, para la tramitación y elaboración de un «plan de gestión» (lo cual es obligatorio inmediatamente después de la protección), merece especial atención por la negligente conducta del Ejecutivo Vasco acumulada en todos estos años.

Hemos reclamado al Gobierno Vasco que contemple como alternativa en este consulta pública previa, la elevación de la categoría de la protección regional del lobo mediante su inclusión de oficio como especie «En Peligro de Extinción», por la presencia de un número tan reducido de ejemplares (estimas recientes y precarias «oficialistas» de 9-11 individuos, distribuidos en 2 grupos familiares asignables a Burgos, pero compartidos con Bizkaia y Álava), sometidos a una precariedad y elevada vulnerabilidad a la extinción local por la persecución humana ilegal. 

La necesidad de un umbral de protección mayor del lobo resulta patente cuando se introduce la consideración del papel geográfico que ostenta el País Vasco para la conectividad de los lobos entre el noroeste de España y el sur de Francia, dada su situación geográfica de puente entre la Cordillera Cantábrica (su principal refugio español y núcleo poblacional más denso), los Pirineos (donde desde hace más de 20 años aparecen lobos franco-italianos, sin éxito reproductor, a los que no parece que se dejen «prosperar» en Cataluña, Aragón y Navarra), y el Sistema Ibérico norte (otro «telón de plomo» para los lobos hispanos).

Además, en ASCEL consideramos que el Ejecutivo Vasco no interpreta adecuadamente la Directiva Hábitats ni siquiera la ubicación geográfica vasca con respecto a protección estricta inferida para el lobo en la misma en los Anexos de la misma, incluso por la mera consideración de que puedan aparecer lobos italo-franceses en su territorio, no solo ejemplares de los montes cantábricos. 

Por si no fuera suficiente, ningún plan de gestión de la Red Natura 2000 vasca incluye medidas de conservación específicas para los lobos, lo cual constituye una incoherencia con el espíritu de la legislación europea y otro flagrante vacío legal, hecho no reflejado en los objetivos de la norma que se pretende aprobar.

Por último, en nuestro documento de 6 páginas, registrado en tiempo y forma, hemos reflejado la necesidad de  desarrollar programas de prevención de la caza ilegal y otras formas de persecución humana que sufre la especie en el País Vasco, lo cual debería ser uno de los objetivos irrenunciables del futuro plan. 

Figura 1. La gestión del lobo en el País Vasco, hasta su protección integral en 2020, se fundamentaba en la pasividad del Ejecutivo Vasco, obviando sus competencias, que toleraba que las Diputaciones forales (provinciales) erradicaran todos los lobos presentes, en base a los intereses sectoriales agroganaderos y no velando por el interés general. El control letal de lobos realizado se basada a la consideración (incierta) de que la totalidad de ataques y bajas sobre la cabaña ganadera, principalmente de ovejas de raza lacha (de cuya leche se produce el Queso de DOR Idiazábal), eran obra exclusiva del lobo. En esta ilustración del viñetista Iñaki Cerrajería se parodia la precariedad poblacional y la alimentación del lobo en el País Vasco, una subpoblación dependiente de la presencia lobera burgalesa de Merindades, y que fue la primera en España y Portugal en tener un seguimiento no invasivo para conocer su tamaño y su dieta basado en la incorporación de técnicas genéticas.