ASCEL participa en una mesa redonda sobre el lobo organizada por Equo
Ayer sábado 19 de Enero ASCEL participó en la mesa redonda “Fauna salvaje y agroganadería: una convivencia necesaria”, organizada por Equo Asturias y celebrada en Pola de Laviana (Asturias). Representando a ASCEL en este caso estuvo Alberto Fernández, en calidad también de vocal de las entidades conservacionistas en el Comité Consultivo del Lobo en Asturias.
Compartimos mesa con LM Domínguez, representando a la plataforma Lobo Marley, y los ganaderos Xuan Valladares y Eloy Rozada. Moderaba Lorena Veiga. No estaba la administración asturiana a pesar de haber sido invitada.
Entendemos que la mesa fue un éxito de asistencia, a juzgar por el numeroso público que llenaba la sala, quedándose bastantes asistentes sin asiento. Estuvo bien también la participación, con abundantes intervenciones del público, entre el que se encontraban bastantes ganaderos.
Por nuestra parte, las intervenciones consistieron en defender el objetivo central de la asociación: la conservación de una población viable de lobos, a partir de criterios objetivos. Así, desde el posicionamiento inicial, destacamos los siguientes puntos:
1- dada la enorme influencia de la población humana en los ecosistemas, es necesario conservar espacios naturales poco o nada intervenidos.
2- los lobos son una especie clave en esos ecosistemas, y forman parte de esa biodiversidad que los espacios protegidos españoles se han comprometido en preservar.
3- la ganadería puede ser una actividad económica muy importante; puede constituir además el depósito de una determinada cultura que la sociedad puede querer conservar. Eso no quiere decir que la ganadería sea necesaria para conservar la biodiversidad, en este caso la propia del noroeste peninsular.
4- una sociedad, la asturiana en este caso, de 1 millón de personas no puede justificar razonadamente solicitar “controles poblacionales” sobre una especie nativa que cuenta probablemente con menos de 200 ejemplares en la región. Además, en ningún caso pueden justificarse controles de población con argumentos científicos. Otro asunto distinto serían los controles de individuos, una medida de gestión que podría ser llevada a cabo mediante criterios técnicos (aunque habría que discutir sobre tales criterios).
5- la magnitud de los daños sobre la ganadería es mínima en el contexto general de la renta ganadera y de la mortalidad natural del ganado extensivo. Por tanto el lobo no puede ser ese “gran problema” de la agroganadería. Que no se use de chivo expiatorio.
Coincidimos en gran medida con las posiciones de Luis Miguel Domínguez (Lobo Marley), que defendió con elocuencia que los lobos deben ser un orgullo y un reclamo, y que no son el problema real de la ganadería profesional.
Mucho menos coincidimos con los representantes ganaderos, qué recordamos no representan ni mucho menos la única actividad económica en los espacios protegidos en particular, ni en el medio rural en general. No obstante, insistimos en que se pudo hablar.
No son fáciles estos debates en los que el ambiente viene caldeado de antemano, y por tanto no acudíamos con expectativas muy ambiciosas. Por eso nuestra valoración del acto es positiva. Sí que hubo alguna tensión (en parte generadas por asistentes portando camisetas “con lobos no hay paraíso”) y alguna intervención fuera de tono, pero en general un buen montón de personas de sensibilidades contrastadas debatimos durante más de tres horas. Eso, aquí y ahora, no es poco. Estamos dispuestos a debatir más veces en contextos y modos similares.
Hasta aquí nuestra interpretación de la mesa redonda. Agradecemos a Equo Asturias la organización, y la nada fácil moderación del evento.