Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico

Solicitamos – otra vez – información sobre los cachorros capturados en Ponga (Asturias)

Las administraciones con competencias en la gestión medioambiental tienen, como su nombre indica, papel administrativo; no son propietarias de ese medio ambiente. Como servicio público, dependen de – y deben atender a – los ciudadanos. Se diría que se les olvida. Por eso seguimos intentando que proporcionen información acerca de las gestiones emprendidas¹.

Las entidades conservacionistas² hemos vuelto a solicitar información sobre los dos cachorros de lobo capturados en el Parque Natural de Ponga (Asturias), en una operación de “control de población” llevada a cabo en mayo. Es decir, en una batida, en la que se mató a un macho adulto.

Los cachorros fueron trasladados en octubre a un cercado situado en el municipio de Belmonte; como revulsivo económico para el concejo, dicen, aunque no nos consta proyecto o análisis alguno que separe tal consideración de la mera propaganda.

Pedimos a la administración asturiana, de nuevo, información sobre:

  • Los objetivos de la cautividad permanente de los cachorros.
  • Las bases legales, científicas, técnicas y socio-económicas que justifican tal decisión.
  • Personas implicadas hasta la fecha en el manejo, y cualificación profesional de las mismas.
  • Protocolos de manejo empleados hasta la fecha, y proyectados.
  • Presupuestos.
  • Características de las instalaciones a las que han sido trasladados los cachorros.
  • Análisis veterinarios.

En respuesta a solicitud de información presentada el 3 de junio, el Jefe del Servicio de Caza y Pesca de la administración asturiana, José Félix García Gaona, contestaba entonces que la mayoría de la información solicitada no podía ser contestada, toda vez que la decisión final sobre el destino de los animales no estaba tomada.

Quizás ahora ya sepan qué contestar.

[1] En virtud de lo dispuesto en la Ley 30/92, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común, y en la Ley 27/06, de 18 de julio, por la que se regulan los derechos de acceso a la información, de participación pública y de acceso a la justicia en materia de medio ambiente (que incorpora las Directivas 2003/4/CE y 2003/35/CE).
[2] Representadas en el Comité Consultivo del Plan de Gestión del Lobo en Asturias, por Resoluciones de 15 de Noviembre de 2003 y de 4 de Febrero de 2004.

Reflexiones sobre los criterios utilizados en Asturias para establecer el número de lobos a sacrificar

Un análisis del Programa Anual de Control de la Población de Lobos 2014-2015

Por Javier Naves Cienfuegos
Doctor en Biología y Técnico de la Estación Biológica de Doñana-CSIC
jnaves [at] ebd.csic.es

A las razones que generalmente se esgrimen para cazar y sacrificar animales [vertebrados] salvajes (ocio y deporte, eliminación de plagas y competidores, reestablecer equilibrios ecológicos, ejercicio de la tradición, etc.) se añaden, en el caso de las poblaciones de lobos en España, otras que tiene que ver con la conflictividad social. De esta manera, términos como niveles de conflictividad, criterios sociales de gestión, capacidad social de acogida, grados de tolerancia, y otros similares, salpican los documentos técnicos y legales que enmarcan la gestión de la especie en nuestro país [1].

En Asturias, donde el lobo no es considerado especie cinegética, el Decreto 155/2002 que aprueba el Plan de Gestión del Lobo en el Principado, señala la obligación de realizar programas anuales de actuaciones de control, en los que se definan las zonas, los métodos y los cupos de eliminación y extracción de lobos (esto es, cuántos matar o camadas retirar, cómo y dónde) teniendo en cuenta tres criterios: a) los datos poblacionales de lobos, b) la predación sobre ganado atribuida a la especie, y c) la evaluación del grado de conflictividad social existente. El caso asturiano ofrece, por tanto, la posibilidad de entender que es la conflictividad social –o cómo la interpreta la administración con competencias en la gestión en este caso- a la luz de su papel dentro del conjunto de criterios señalados.

Utilizo como material de estudio, como ejemplo, el último Programa anual de control de la población de lobos (2014-2015) elaborado por el Gobierno del Principado de Asturias.

En dicho documento la administración asturiana determina 7 áreas para la gestión de los lobos, más una octava denominada “Áreas sin gestión específica” (Figura 1), y establece el número total previsto de lobos a sacrificar o extraer en cada zona en un año.

Figura 1. Zonas de gestión consideradas en el Programa Anual 2014-2015 para evaluar la demografía de la población de lobos, la predación sobre ganado atribuida a la especie,  y la conflictividad social existente; criterios todos ellos utilizados a la hora de decidir el número de lobos a eliminar o extraer en dichas zonas.
Figura 1. Zonas de gestión consideradas en el Programa Anual 2014-2015 para evaluar la demografía de la población de lobos, la predación sobre ganado atribuida a la especie, y la conflictividad social existente; criterios todos ellos utilizados a la hora de decidir el número de lobos a eliminar o extraer en dichas zonas.

El citado plan de control aporta datos sobre los dos primeros criterios considerados en el Plan de Gestión del Lobo para establecer cupos de lobos a sacrificar (predación sobre ganado, población de lobos), y hace consideraciones genéricas sobre el tercero (conflicto social), sin aportar ninguna observación o detalle de cómo se define el criterio de conflictividad, ni de sus posibles valores.

El planteamiento metodológico de este pequeño ejercicio que propongo es simple: si de la “ecuación” con tres variables que van a justificar la muerte de un número determinado de lobos, conocemos los datos de dos de ellas (predación sobre ganado y población de lobos), podremos cuantificar la desconocida (el grado de conflictividad) una vez despejada. En la Tabla 1 aporto los datos utilizados para el análisis, extraídos del mencionado documento [2].

tabla1
Tabla 1. Datos utilizados en este trabajo. Fuente: Programa anual de control de la población de lobos 2014-2015 y elaboración propia [2].
(i) Se utilizan el número total de grupos (37 seguros y 2 probables) y el número de grupos reproductores, 29, dados en el documento.
(ii) He considerado que una camada – c – equivale a 4 ejemplares, un grupo reproductor equivale a 6 ejemplares; un grupo no reproductor equivale a 2.

He llevado a cabo análisis de regresión donde la variable a que queremos explicar es el número previsto de lobos a eliminar durante un año, en el ejercicio de 2014-2015. En el análisis las variables que a priori pueden explicar ese número de lobos a eliminar son los criterios que establece el Plan de Gestión de los que disponemos de datos: a) el importe pagado por predación sobre ganado (en miles de €), y b) el número de lobos en el año anterior (2013), estimados del nº total de grupos o del nº de grupos reproductores del año anterior (2013). Podemos entender así que la variabilidad en los datos no explicada por las regresiones responde al tercer factor no conocido (el conflicto). Los resultados detallados del análisis se incluyen en las notas al final del documento [3, 4].

Los resultados indican que las variables nº grupos lobos y miles €, las únicas conocidas, explican un 33% de la variabilidad del número de lobos a eliminar [5]. Por lo tanto, 2/3 de la varianza sin explicar estarían asociados al tercer factor de la ecuación, la conflictividad social, que parece por tanto tener un significativo papel a la hora de establecer y aprobar los objetivos de eliminación de lobos en las diferentes zonas  en el periodo 2014-15. Sin embargo, los datos relativos a conflictividad social son desconocidos (nada he podido encontrar en el documento) [6].

No obstante, el análisis que he realizado tiene limitaciones y asume algunas premisas. Señalo algunas:

En primer lugar, he realizado un análisis simple tomando como variables predictoras los datos del año precedente (2013 en este caso). Formalmente los programas anuales deberían establecer los cupos de extracción, según lo dicho en el Plan de Gestión del Lobo (el subrayado es mío):

a partir del análisis de los datos poblacionales recogidos, la evolución del número de daños y la evaluación del grado de conflictividad social existente

Pero ni en el Plan de Gestión ni en los Programas Anuales se aclara qué periodos se utilizan para el análisis de los datos poblacionales, qué periodos se usan para analizar la evolución de los daños, y cómo se evalúa el grado de conflictividad. En cualquier caso, la posibilidad de incluir los datos disponibles de otros programas anuales de control (al menos sobre número de grupos y coste de los daños) en análisis similares a los aquí realizados, permitiría, aumentando el tamaño de la muestra, considerar más variables (por ejemplo, las tendencias o “evoluciones” que señala el Plan) y facilitaría una mejor comprensión de cuáles han sido los criterios utilizados en la realización de los mencionados programas anuales de control de población.

Y en segundo lugar, con este análisis  he pretendido desentrañar cuánto pesa el criterio conflicto social frente a los otros dos criterios con datos conocidos (para el Programa 2014-15). Sin embargo, el análisis no dice nada sobre qué es ese conflicto social, y cómo lo entiende la administración a la hora de establecer los números de lobos a eliminar cada año. De hecho, el significado de los tres criterios no es, a mi entender, muy claro. Porque ¿qué significa que el número de lobos es un criterio a considerar, independientemente de los otros dos? Si ese número de lobos no está definido por los daños ni el conflicto social, ¿a qué tipo de umbral nos estamos refiriendo? Pero volviendo al tema de mi análisis, si la conflictividad social es algo diferente de la predación sobre ganado (o los euros abonados en ese concepto) ¿qué es entonces realmente? ¿pérdidas económicas no valoradas? ¿pura hostilidad?

Creo que nuestra capacidad de hacer las cosas cada vez mejor depende de entender cómo se han hecho. En este caso, racionalizar la gestión de la población de lobos en Asturias. Mi pretensión con este pequeño “ejercicio” es, más que dar resultados o respuestas, sugerir ideas para avanzar en ese camino.

Notas

[1] Grupo de Trabajo del Lobo. 2005. Estrategia para la conservación y la gestión del lobo (Canis lupus) en España. Comisión Nacional de Protección de la Naturaleza. Conferencia Sectorial de Medio Ambiente. Ministerio de Medio Ambiente.

[2] Ha sido necesario realizar algunas estimas para cuantificar algunos parámetros (p.e., a cuántos ejemplares equivale una camada a extraer o un grupo de lobos a sacrificar). He considerado que una camada equivale a 4 ejemplares; un grupo reproductor equivale a 6 lobos; un grupo no reproductor equivale a 2.

[3] Se construyeron modelos lineales generalizados (GLM) utilizando una función binomial negativa para el ajuste. El análisis realizado con las dos variables simultáneamente incluidas en el análisis (nº de grupos y euros por daños) resulta forzado dado el pequeño tamaño de muestra (N=8 zonas). Se añaden los análisis con una sola variable con objeto de ofrecer mayor seguridad en los resultados.

[4] Resultados de los análisis de los modelos construidos con datos del Programa anual de control de la población de lobos 2014-201). Variable respuesta: número previsto de lobos a eliminar; potenciales variables predictoras con datos conocidos: a) daños (miles de € 2013) y b) el número total de grupos 2013. Los análisis se realizan con los datos de cada zona (N=8).

(i) AIC = Criterio de Información de Akaike (una  reducción de 2 o más unidades respecto al modelo nulo equivale a modelos estadísticamente significativos). (ii) D<sup srcset=2 (%) ≈ varianza explicada de las variables consideradas en cada modelo (en %).” width=”650″ height=”267″>

(i) AIC = Criterio de Información de Akaike (una reducción de 2 o más unidades respecto al modelo nulo equivale a modelos estadísticamente significativos). (ii) D2 (%) ≈ varianza explicada de las variables consideradas en cada modelo (en %).

[5] El escaso poder predictivo de las variables daños y número de grupos de lobos queda patente en que ninguno de los modelos construidos es estadísticamente significativo (AIC < 2 respecto al modelo nulo en todos los casos). En el planteamiento realizado, el conflicto social debe de ser el factor que aportaría consistencia (significación) al modelo al acumular el grueso de varianza. Los resultados obtenidos con el número de grupos reproductores en vez de los mostrados con el número de grupos de lobos total son similares (no los anoto para no aburrir en exceso con los números).

La zona denominada Áreas sin gestión específica, con 63.9 mil € de daños atribuidos a los 3 grupos de lobos existentes y una propuesta de eliminación de todos los ejemplares (14 estimados en estos análisis) juega un papel clave en la falta de proporcionalidad de los criterios (y por tanto en los resultados obtenidos). Podemos comparar esta zona con, por ejemplo, la zona 01-Noroccidental con algo menos coste de daños (43.3 mil €) y el mismo número de  grupos de lobos (3) pero donde está prevista la eliminación de dos ejemplares.

Hay que ser prudentes en la interpretación de los valores absolutos de los números de lobos a eliminar o extraer previstos en caza zona (y para el año estudiado). El análisis realizado observa simplemente si la distribución del número total de lobos previsto a sacrificar en el conjunto del año entre las diferentes zonas guarda proporcionalidad respecto a los criterios (daños y nº de lobos) con objeto de atribuir el resto de la varianza al tercer factor (conflicto social). No estoy examinando el efecto demográfico (y por extensión ecológico) que esos números puedan tener sobre la población de lobos.

[6] Fernández-Gil (2013) llega a similares conclusiones mediante un análisis diferente, considerando (para el periodo 2006-2009) el número de lobos sacrificado realmente (no el previsto) como variable respuesta y como variables explicativas el número de grupo de lobos, los daños (€) y el número de noticias sobre daños en un periódico regional de Asturias como indicador del conflicto social. El número de noticias parecía ser la variable con mayor poder explicativo del número de lobos que fueron realmente sacrificados.


Participación de guardas de cotos, ganaderos y cazadores en “erradicación de ejemplares”

Las entidades conservacionistas representadas en el Comité Consultivo del Plan de Gestión del Lobo en Asturias hemos solicitado a la administración asturiana (pdf, 53 KB) información sobre los fundamentos legales y técnicos según los cuales guardas de cotos, ganaderos y cazadores se suman al personal de la administración pública “para tratar de erradicar ejemplares”.

Furtivismo impune en Asturias

Versión abreviada de una nota de prensa de los conservacionistas en Asturias (enlace a la versión completa):

Varias sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Asturias han invalidado procesos sancionadores contra presuntos furtivos, denunciados por la Guardería de Medio Natural.

Las sentencias han anulado sanciones por furtivismo que se remontan a las primaveras de los años 2010 y 2011, en el Parque Natural de Somiedo y en el Parque Natural de las Fuentes del Narcea y del Ibias, respectivamente. En el primero de los casos, fueron denunciadas tres personas portando dos rebecos abatidos en terrenos del Parque Natural de Somiedo. En el segundo caso, una persona fue denunciada por portar armas sin permiso en el Parque Natural del Narcea e Ibias.

Según se desprende de las sentencias del TSJA, se invalidad por haber caducado, poniendo de manifiesto la dejadez de los servicios jurídicos del Principado de Asturias. Otra de las sentencias declara nulo el proceso al entender que la autoría no está suficientemente acreditada.

La Guardería de Medio Natural del Principado de Asturias ha mostrado su desazón por dichas sentencias, que menoscaban su condición de agentes de la autoridad, e ignoran los daños a la naturaleza.

Desde las entidades ambientales de Asturias exigimos a la administración asturiana que abra de nuevo expediente sancionador por estos graves hechos. De no hacerlo, estarían facilitando la impunidad de hechos muy graves contra el medio ambiente.

Sobre la independencia de ASCEL

El día 28 de Enero, varios colectivos conservacionistas emitieron una nota de prensa1 acerca del borrador de Plan de Gestión del Lobo en Asturias. ASCEL no la suscribió.

Este hecho ha suscitado comentarios particularmente críticos en Internet, indicando que la junta directiva de ASCEL busca complacer a la administración criticada en la nota de prensa, en este caso la asturiana. Sin intención alguna de tamponar opiniones críticas, desde la junta directiva de la sociedad nos parece oportuno trasladar a los socios y seguidores algunas consideraciones:

No estábamos de acuerdo con algunos aspectos del borrador de la nota, y sugerimos alternativas. En concreto, dudábamos de los tiempos: ¿procedía emitirla antes o después de presentar nuevas alegaciones a la modificación del borrados del citado plan de gestión?. Dudábamos también de algunos aspectos del fondo: ¿debía la nota discutir las carencias del plan de gestión del lobo, o generalizar al conjunto de la gestión del medio ambiente en Asturias? Nos parecía que el borrador de la nota trataba poco sobre lobos y enmiendas al plan, y mucho sobre valoraciones políticas de la conservación de la naturaleza en general, litigios sobre procedimientos administrativos de elección de cargos, respaldo social y legitimidad de gobiernos. Y discrepábamos de la forma: los problemas de los lobos, resumidos en exceso de mortalidad no natural a manos de las administraciones encargadas de su protección, no empezaron ayer, y no acabarán mañana. Y creíamos, creemos, que sin perder un ápice de actividad y potencia en los argumentos de la reclamación, podemos trasmitir nuestras posturas al público con más calma y mejores modos.

Los grupos firmantes decidieron difundir una versión del documento que no suscribimos. Respetamos la decisión de emitir y difundir la nota, de  la misma manera que pedimos respeto a nuestra decisión de no hacerlo, por la razones arriba expuestas. De ahí a afirmar que nuestra decisión pretende “suavizar las relaciones con la administración socialista” media un mundo; un mundo que aleja la franca discusión del caso (la nota de prensa) del ámbito de los argumentos y las razones.

No nos corresponde evaluar nuestros propios puntos de vista, ni la corrección de nuestras actuaciones; no debemos ser jueces y parte. Lo que sí debemos es indicar que nuestra postura sobre la gestión del lobo, a cargo de la administración asturiana u otras, está recogida públicamente en las entradas colgadas en nuestra web, en las continuas actualizaciones de nuestro perfil de Facebook, y en nuestra cuenta en Twitter (@ascel_lobo). En el caso concreto que se discute, el borrador de plan de gestión del lobo en Asturias, nuestra postura está recogida en las alegaciones presentadas al mismo, publicadas en su día en nuestra web2, así como resumida en la información emitida recientemente por la TPA [http://youtu.be/Ew3lCnxX0ms]. Serán nuestros socios y los ciudadanos en general quienes después de leer los argumentos llegarán a las conclusiones y tomas de postura que crean pertinentes.

Nada de lo expresado arriba cuestiona la necesidad de evaluar las políticas de conservación de la naturaleza en Asturias, o donde sea necesario. Y discutir sobre ellas. No obstante, no creemos que el sitio apropiado sea una nota de prensa dedicada a un documento concreto, la modificación del plan de gestión del lobo en Asturias, que requiere una respuesta técnica, específica, y detallada.

Creemos que los colectivos de conservación de la naturaleza y defensa de los derechos animales debemos buscar los puntos de encuentro, que no serán pocos, y no utilizar los aspectos que nos separan como arma de descredito de personas o colectivos. Debemos discutir sobre las discrepancias para reforzar nuestras posiciones, pero desde el respeto a otras opiniones. Resaltamos este último punto porque forma parte de la filosofía de trabajo y debate en ASCEL; y porque es además especialmente importante en los momentos actuales, en los que personas y colectivos tienen encomendada la tarea de representar a otros en diversos medios de participación pública. Ello nos exige un sentido de la responsabilidad adicional en el manejo de la discrepancia, y en la elaboración de posturas comunes.

En cualquier caso, el próximo 16 de febrero en nuestra Asamblea General cualquier socio de ASCEL podrá exponer sus puntos de vista, aprobar o reprobar a la actual junta directiva, así como formar una nueva.

[1] http://www.ecoticias.com/alimentos/88031/noticia-medio-ambiente-Principado-Asturias-desprecia–alegaciones-conservacionistas-planlobo

[2] https://www.loboiberico.com/images/stories/file/Alegacion__.pdf