Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico

Gestión de los grandes carnívoros: ¿Ciencia o prejuicio?

La gestión del lobo Canis lupus en España es un tema de intenso debate mediático, especialmente tras su inclusión en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESRPE) hace ya tres años. Su situación sigue siendo controvertida, con diversos procesos judiciales en curso en la Audiencia Nacional y una creciente presión de algunos grupos políticos para reducir su nivel de protección, tanto a nivel nacional como europeo. Un estudio publicado en una revista científica internacional comandado por investigadores de la Universidad de León ha puesto de manifiesto la falta de coherencia en la gestión de grandes carnívoros, exponiendo la brecha existente entre la ciencia y la política.

Protección del lobo en España: un debate en los tribunales

El lobo es una especie clave en los ecosistemas, desempeñando un papel fundamental en la regulación de las poblaciones de presas y en la estructura de las comunidades ecológicas​. No obstante, el retorno de la especie a áreas rurales donde ha estado ausente durante décadas, lo que ha llevado a algunas comunidades a exigir que la especie pueda ser matada por caza recreativa o por la supuesta incidencia de la especie sobre la cabaña ganadera​.

Desde la inclusión del lobo en el LESRPE en 2021 gracias a la acción administrativa y judicial de ASCEL, la muerte de ejemplares esta especie en forma de caza y de otras modalidades de control letal ha sido prohibida en todo el territorio nacional. Sin embargo, cuatro comunidades autónomas, donde anteriormente el lobo se podía matar, han presentado respectivas demandas judiciales para revertir esta decisión en la Audiencia Nacional.

El marco legislativo sobre la biodiversidad está para cumplirse con todas las especies, incluida el lobo.

El debate sobre la protección del lobo no se basa en consideraciones legales y científicas, sino en tensiones socioeconómicas, particularmente mediáticas inducidas por la pluma de algunos periodistas que mediante una estrategia de manipulación hacen percibir al lobo como amenaza sistémica para la ganadería e incluso para las personas​, pero sobre todo y a nivel político, cuando algunos grupos políticos quieren revertir el status quo en virtud de una malintencionada asunción de que no fueron argumentos científicos, ecológicos, culturales y legales los que condujeron a la protección del lobo en el LESRPE, sino motivos “ideológicos” de la otra bancada política.

La petición y justificación de la protección nacional del lobo tiene su gestación en una petición legal justificada con el menor conocimiento técnico-científico, promovida por la sociedad civil organizada a través de una ONG (ASCEL), no en una iniciativa gubernamental ni ideológica.

La acción de ASCEL condujo inevitablemente al Gobierno central a tramitar la propuesta legalmente formalizada durante un largo proceso reglado administrativo de dos años de duración (en el que también participaron las Comunidades Autónomas desde el principio) y por último, a actualizar en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el nuevo marco de protección del lobo. Pero el Gobierno español no incluyó al lobo en el estatus de especie “Vulnerable” en el seno del Catálogo Español de Especies Amenazadas (CEEA) que implicaría una mayor protección legal y políticas proactivas de conservación y recuperación, sino que lo incluyó solo en el “Listado” (LESRPE).

Este nivel de protección implica cese de muertes de lobos y una elevada cobertura administrativa y penal ante la muerte intencionada de lobos (por caza recreativa y/o control letal de las administraciones), pero supone una protección pasiva y no proactiva, como la que le hubiera otorgado el CEEA, en forma de planes de recuperación (como tienen las especies amenazadas). El lobo no se incluyó en ese Catálogo (CEEA) por la falta de publicaciones científicas que demostraran una reducción significativa de su rango histórico, un requisito clave legal para obtener dicha clasificación en el BOE​​. Sin embargo, estudios científicos recientes han comenzado a arrojar luz sobre la distribución histórica y presente del lobo, indicando que la distribución actual en España podría cubrir menos del 30% de su área de distribución histórica. No solo eso, sino que las poblaciones de lobo en España siguen aisladas demográficamente de otras poblaciones europeas y presentan una diversidad genética alarmantemente baja​, lo que sugiere la necesidad de permitir su recuperación distribucional, incrementar sus poblaciones y conectarlas con el resto de las poblaciones europeas para incrementar sus probabilidades de conservación a largo plazo.

La gestión del lobo en Europa: ¿ciencia o política?

El debate sobre la gestión del lobo no se limita a España. A nivel europeo, tanto el Parlamento, como la Comisión Europea, ha planteado por enésima vez, la posibilidad de reducir la protección estricta de los lobos tanto en el Convenio de Berna, como en la Directiva Hábitats. Esto permitiría una mayor flexibilidad en su manejo, incluido el control letal en áreas donde la incidencia de la especie sobre la ganadería sea mayor​. Esta propuesta ha sido criticada en esta publicación científica reciente.

Los autores del mencionado trabajo científico argumentan que cualquier decisión sobre la protección de los grandes carnívoros, como el lobo, debe basarse en el principio de precaución y en la mejor evidencia científica disponible. Este principio, de aplicación en otras políticas ambientales de la Unión Europea, permite la adopción de medidas preventivas para proteger el medio ambiente en casos de incertidumbre científica. En contra de este principio, la reducción de la protección del lobo a nivel europeo se plantea sin atender en absoluto a criterios científicos, mientras que la escasez de datos se utiliza como una razón para denegar niveles de protección más altos, y eso a pesar de que la especie se encuentra en un estado de conservación desfavorable. La ciencia demuestra, además, que las medidas de control letal no suelen ser efectivas para reducir los ataques al ganado y, en algunos casos, pueden incluso exacerbar el problema. Tampoco mejoran la percepción social ni sirven para reducir la caza ilegal. Es más, estudios en diferentes continentes sugieren que la eliminación de lobos puede desestabilizar las estructuras de las manadas, aumentando la depredación sobre ganado​ desprotegido. Por tanto, todas las recomendaciones sugieren la necesidad de concentrar los esfuerzos de gestión en implementar medidas preventivas para reducir la potencial incidencia de los lobos sobre el ganado y mejorar las prácticas de manejo ganadero, mediante acciones tales como el empleo de perros guardianes (mastines, etc.), el uso de vallas protectoras​ (electrificadas, etc.), la recogida nocturna del ganado y su acompañamiento permanente por pastores.

Conclusión: el futuro del lobo en un contexto de incertidumbre

El debate legal y político sobre la gestión del lobo continúa, tanto en España como en Europa, y es esencial que las decisiones se tomen con base a datos científicos sólidos. La protección del lobo debe ser coherente con las obligaciones internacionales de conservación de la biodiversidad, y cualquier flexibilización en su gestión debería evaluarse cuidadosamente para evitar consecuencias ecológicas negativas.

El lobo, como especie clave en los ecosistemas, no solo representa un desafío de gestión, sino también una oportunidad para repensar la coexistencia entre humanos y fauna salvaje. Mientras el debate sigue su curso en los tribunales, la comunidad científica insiste en que solo un enfoque basado en el conocimiento y en el principio de precaución garantizará la viabilidad a largo plazo de esta especie clave.

Pero no solo la academia, sino que los resultados de la consulta pública lanzada el año pasado por parte de la presidenta de la Comisión Europea Von der Leyen para supuestamente recabar información para actualizar ad hoc el estatus del lobo en un marco preelectoral, tampoco justificaría la degradación de su protección europea a tenor de las respuestas obtenidas en dicho sondeo por parte de la Comisión Europea. Así, el 71% de los participantes, abogaba por la protección estricta de los lobos. Y ese porcentaje era del 95% para el caso de España.

 

 

Sugerencias de ASCEL para envío de correos al buzón habilitado por la Comisión Europea

Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea (Fuente: Nota de prensa // Press release, 04/09/2023):

“La concentración de lobos en algunas regiones europeas se ha convertido en un peligro real para el ganado y, potencialmente, también para los seres humanos”

Todas las especies que componen los ecosistemas europeos son importantes. Ante la crisis de diversidad biológica en la que nos encontramos, no podemos perder ninguna más en Europa y menos a aquellas tan fundamentales como los grandes carnívoros, en general, y los lobos, en particular. 

Sabemos que se acercan elecciones europeas y que los políticos en tiempos electorales pierden la razón por un puñado de votos. Lamentamos la pérdida de su pony, Sñra. Von der Leyen, pero este hecho no puede ser utilizado para criminalizar al lobo basándose en información categóricamente falsa: el lobo no pone en peligro a las personas, ni tampoco a la ganadería en Europa. Cualquiera que consulte los datos con la Agencia Europea de Medio Ambiente lo puede verificar. Pregunte Sñra. Von der Leyen a sus Comisarios de Agricultura y Medio Ambiente. Por ejemplo: sobre un censo ganadero en la UE (Eurostat, 2021) de 142 millones de cabezas de ganado porcino, 76 millones de reses de bovino y 71  millones de ovejas y cabras, la incidencia atribuida a los lobos en la UE representa menos del 0,05% del total de dicha cabaña ganadera, y eso asumiendo que los lobos sean responsables de todas las bajas ganaderas. Entonces ¿se puede afirmar que los lobos son una amenaza para la cabaña ganadera y/o para las personas?

Hace apenas nueve meses, treinta países europeos adheridos al Convenio de Berna de protección internacional de la fauna confirmaron que el lobo ha de seguir teniendo una protección estricta y que no caben medidas de flexibilidad de dicha protección, y para ello se basaron en la mejor información científica disponible. Dicha posición favorable a mantener la actual protección del lobo en Europa fue defendida por todo el Consejo de la Unión Europea. Es más, los Ministros de Medio Ambiente de doce países escribieron a la Comisión Europea señalando que las mejores soluciones eran seguir manteniendo la protección estricta del lobo en Europa, junto con un sistema efectivo de medidas preventivas y económicas. La Política Agraria Común (PAC), que supone más del 30% del presupuesto comunitario, y la eco-condicionalidad de estos subsidios, ha de ser uno de los soportes económicos diferenciales que persigan la coexistencia.

Los ciudadanos esperamos de altos cargos públicos, como el de la presidenta de la Comisión Europea, que mantenga posiciones y compromisos equilibrados y responsables por la protección efectiva de la biodiversidad, y que se refuerce el crecimiento de las poblaciones de lobos y otros grandes carnívoros en Europa. Para ello, promocionar y agilizar la disposición de ayudas públicas para la coexistencia entre lobos y actividades humanas del sector primario es una de las estrategias. Promover y sensibilizar a la ciudadanía sobre la importancia ecológica de los lobos es otra de las acciones necesarias, para que la propaganda política y victimismo sectorial quede al margen.

En ASCEL, como asociación, ya hemos remitido a la Comisión Europea una carta contundente de respuesta que podéis consultar aquí.

Adicionalmente, proponemos que todos aquellos ciudadanos concienciados y sensibilizados, remitan a la dirección de correo EC-WOLF-DATA-COLLECTION@ec.europa.eu un texto, hasta el 22/09/2023, inclusive, dónde expresen, preferentemente con sus palabras, su indignación sobre el tema. No obstante, para aquellos que así lo prefieran, sugerimos el siguiente texto modelo, para copiar y pegar, aunque lo recomendable sería que fuera objeto de adaptación, modificación y encaje individualizado.

Agradeceríamos que si enviáis correo a esa dirección electrónica habilitada por la Comisión Europea, nos pusierais en copia (oculta / CCO) o bien nos lo reenviarais a ascel@loboiberico.com con el objeto de que podamos computar vuestra participación.

En nombre de ASCEL y de los lobos, muchas gracias de antemano.

Carta a Úrsula: Europa sin mentiras 

En primer lugar, la presidenta de la Comisión no puede mentir. Y miente cuando afirma que la “concentración de lobos … se ha convertido en un peligro … (potencialmente) … para los seres humanos”.

En segundo lugar, actuar desde esa responsabilidad por motivos personales (su pony) atenta contra el correcto funcionamiento institucional.

En tercer lugar, la demagogia y el populismo han de ser ajenos a la Unión Europea.

En cuarto lugar, reclamar una movilización popular para aportar información que sólo pueden aportar los gobiernos de los estados miembros por los cauces debidos, supone un golpe a la legitimidad por la cual esa persona debe de velar.

Dicho lo cual, yo vivo en espacio (afortunadamente) con presencia de lobos, osos pardos y linces. Pero hacen falta muchos más.

En cuanto a la necesidad de aportar información sobre “censos”, no es importante el número de los depredadores apicales, dado que ellos mismos se autorregulan, lo cual no deberían desconocer. Nunca habrá plagas de lobos, ni de osos, ni de linces. Los “censos” de lobos son complicados, largos y caros, e inútiles, básicamente, cuando sirven como pretexto para matarlos.

Conservar y restaurar la biodiversidad es conservar, proteger, conectar y recuperar poblaciones de lobos, porque la biodiversidad no solo es conservar un puzzle desordenado de especies, sino los procesos e interacciones que realizan dichas especies, como las que efectúa el lobo.

En cuanto a la supuesta conflictividad con intereses privados (como la ganadería), si el ganado está bien gestionado, no debe haber grandes problemas y la coexistencia es posible. Además, se están pagando generosas ayudas públicas a priori en Europa (a través de la Política Agraria Común o PAC) para mantener actividades agroganaderas, con respecto a la biodiversidad, con carácter estructural. No solo eso.  Se pagan ayudas a posteriori por la incidencia del lobo, bajo la normativa regional en España. A veces, incluso otras ayudas de carácter preventivo (subvenciones por la tenencia y adquisición de perros mastines, cercados y rediles,  vallados portátiles, pastores eléctricos, dispositivos de geolocalización del ganado o perros, “pagos por servicios ambientales”, y un largo etc.). Son también frecuentes otras ayudas públicas al sector agropecuario (por compensaciones y limitaciones en Espacios Naturales Protegidos, etc.)

El matar lobos, allí donde se ha producido, como en España, nunca ha servido para disminuir la incidencia sobre la cabaña ganadera, salvo para contentar a necios e ignorantes, que lamentablemente, cada vez tienen un voto más preciado.

El fraude con los daños atribuidos a lobos es conocido y consentido por las administraciones públicas involucradas, que parecen estar gobernadas por necios e ignorantes.

Dado que usted o ustedes han abierto la caja de Pandora, y dado que nadie va a poder entregar datos cuantitativamente válidos actualizados en catorce días hábiles desde que iniciaron la consulta, les despacho estas consideraciones cualitativas que (i) son tan válidas como cualquier otra opinión recabada y (ii) se someten a contraste.

Atentamente, lamentando que le paguemos un sueldo tan elevado a Úrsula, quizás de 358.000 euros. 

Fdo: _________________________

 

El TSJ de Castilla y León mantiene la paralización de la caza del lobo en 2016-2019

El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL) desestima el Recurso de Reposición de la Junta de Castilla y León contra la suspensión cautelar de la caza de lobos en las temporadas 2016/2017, 2017/2018 y 2018/2019. La suspensión cautelar había sido solicitada por ASCEL, y estimada en su día por el TSJCyL

Un auto del TSJCyL del pasado 6 de julio, dentro del Recurso Contencioso-Administrativo interpuesto por ASCEL en junio de 2017, desestima los argumentos de la Junta de Castilla y León y mantiene la medida cautelar solicitada por ASCEL, que paraliza  la caza del lobo en las temporadas 2016/2017, 2017/2018 y 2018/2019.

Del auto judicial, cuya lectura recomendamos, destacamos algunas frases que parecen indicar que la racionalidad va instalándose, en aras a impedir la caza de ejemplares de una especie protegida:

… toda vez que el lobo es una especie protegida por la normativa europea y nacional y, si bien es posible su gestión, la decisión que sobre la misma se adopte debe garantizar la conservación de la especie.

Las Sentencias citadas – y esta es su razón de decidir – llegan a la conclusión de que el lobo no puede ser considerada una especie cinegética y, por lo tanto, que no puede ser objeto de caza.

… el interés que en esta pieza y por las razones expuestas estimamos es preferente es el de la protección de la especie, que es a lo que nos obliga la normativa estatal y comunitaria.

El auto continúa basándose en la anulación de disposiciones normativas anteriores, como:

  • El Decreto 32/2015, de 30 de abril, por el que se regula la conservación de las especies cinegéticas de Castilla y León, su aprovechamiento sostenible y el control poblacional de la fauna silvestre.
  • El Decreto 14/2016, por el que se aprueba el Plan de Conservación y Gestión del Lobo en Castilla y León .
  • La Orden FYM/609/2016, de 28 de junio, por la que se aprueba la Orden Anual de Caza.
  • El Plan de aprovechamientos comarcales para la temporada 2015/2016.

Resaltamos que ninguno de los parches legales de la Junta de los últimos tiempos (como la publicación del Decreto 10/2018 que regula la “conservación” de las especies cinegéticas de Castilla y León, vulgarmente la “Orden de Vedas”) soluciona nada frente a los argumentos citados. Por ello, reiteramos la solicitud de dimisión o cese del Consejero de Fomento y Medio Ambiente, D. Juan Carlos Suárez-Quiñones  Fernández, como responsable político de una huida hacia adelante sin sentido, que despilfarra recursos públicos y sobre todo, socaba nuestro patrimonio natural.

¿A quién molesta ese científico lobero?

El título de esta entrada es una traducción más que libre del reportaje aparecido recientemente en el medio estadounidense The New York Times Magazine, titulado en el original Who’s Afraid of the Big Bad Wolf Scientist?

Lo divulgamos aquí tanto por su contenido, como por su calidad periodística. Sobre la segunda, destacar que mirando desde España sorprende el tratamiento exhaustivo, en el que se entrevista a todas las partes con una mirada crítica, y en el que se requiere y revisa la correspondencia entre los empleados públicos implicados. Sobre el primero, baste decir que el conocido investigador de grandes carnívoros Rob Wielgus ha perdido su trabajo en la Washington State University por publicar sus investigaciones, y defenderlas pública y notoriamente.

El origen de la disputa con los poderes fácticos de la industria cárnica y las administraciones es un artículo científico, publicado en la revista PLOS ONE, y titulado Effects of Wolf Mortality on Livestock Depredations (Efectos de la mortalidad de lobos sobre la depredación al ganado).

Esencialmente el artículo describe efectos contra-esperados en el contexto del “manejo de vida salvaje” americano: la muerte de lobos en descastes implicó mayor predación sobre ganado en años sucesivos, efecto que los autores achacaron a la debilitación de los grupos familiares. Nada muy sorprendente conociendo la biología de los lobos. Quizás no debería sorprender la encarnizada respuesta, conocido el escenario de grupos de presión, intereses ocultos, y corrupción (hay quién le llama “política” a ese conjunto; aquí nos resistimos).

Dada la extensión y profundidad del original, y lo turbio y complejo del asunto, no nos planteamos hacer aquí una reseña. Recomendamos encarecidamente la lectura del original. Conociendo maniobras como estas, quizás estemos más atentos cuando ocurran en España. Porque también ocurren.

¿Cuántas explotaciones ganaderas se protegen matando lobos?

Un articulo científico recientemente publicado estudia el uso de métodos letales como herramienta de gestión de lobos, en lugares donde hay predación sobre ganado; concretamente en Michigan (EE.UU.) entre 1998 y 2014.

Entre sus conclusiones principales destaca que matar lobos para prevenir daños a la cabaña ganadera no es efectivo. Este resultado ya no es sorprendente porque existen trabajos previos advirtiendo dicho patrón, pero el estudio añade que en el mejor de los escenarios la gestión letal – sacrificar lobos – puede llegar a librar de la predación temporalmente a una explotación o explotaciones en un área concreta, pero a costa de perjudicar a explotaciones colindantes. Ni siquiera el control de ejemplares de lobos sería por tanto gestión efectiva para evitar predación sobre ganado en un entorno socio-económico homogéneo, que incluya diversas explotaciones ganaderas.

El artículo referido se añade a las evidencias que desacreditan la gestión letal de lobos como medida de prevención de la predación sobre ganado. Estas prácticas de descaste son, junto a la caza reglada, utilizadas por las distintas administraciones autonómicas españolas sin evaluar su efectividad. Se diría que más que gestionar un supuesto problema se persiguen meros réditos electorales. Por todo ello, una gestión efectiva y adaptativa, legalmente validable en países europeos regidos por el Convenio de Berna y la Directiva Hábitats, debe pasar por priorizar la prevención como herramienta de gestión.

La Directiva Hábitats no será revisada

El pasado mes de mayo la Consejería de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León (JCyL) anunció una visita de representantes de la Comisión Europea1, destinada a revisar a la baja el estatus de protección del lobo al sur del río Duero. Dicha revisión, anunciaban, sería respuesta a los daños causados a explotaciones ganaderas de Ávila y Salamanca.

En ASCEL nos movilizamos para estar presentes en la reunión con los representantes de la Comisión Europea, ya que nos constaba que asistirían otros agentes “interesados” en el aparente conflicto entre lobos y ganadería. Contactamos con las dos instituciones mencionadas, así como con el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente2, también implicado en el evento. Ecologistas en Acción y WWF (vocales de las ONG conservacionistas en la Mesa del Lobo de la JCyL) apoyaron nuestra presencia en el encuentro.

La visita de los representantes de la Comisión Europea estaba prevista para el 23 de octubre. Tuvimos que esperar hasta el 18 para obtener respuesta por parte de la JCyL, no sin antes advertir que la ausencia de respuesta a tres escritos registrados merecía ser puesta de manifiesto públicamente. Quizás la habitual contestación judicial de ASCEL a la gestión de los lobos por parte de la JCyL, así como nuestra labor durante casi diez años en el Comité Consultivo del anterior Plan de Gestión, hayan tenido algo que ver.

En la reunión pudimos intervenir en apenas dos ocasiones, debido al formato del evento y al elevado número de participantes (principalmente alcaldes y representantes agro-ganaderos). Nos llamó la atención la homogeneidad entre los asistentes, derivada de que los alcaldes no parecían participar como representantes de todos los ciudadanos de sus municipios, sino como ganaderos. A pesar de ello, entregamos la documentación preparada para la ocasión3, 4 a los representantes de las instituciones participantes.

La conclusión más importante que sacamos de la reunión, así como de un intercambio informal posterior con el director de Capital Natural de la Dirección General de Medio Ambiente de la Comisión Europea, es que una revisión del estatus del lobo al sur del Duero – es decir, una revisión de la Directiva Hábitats – no estaba sobre la mesa, y que la Junta debería hacer más esfuerzos en propiciar la coexistencia entre el lobo y los humanos. Asimismo, trasladamos nuestras reservas sobre los mecanismos de flexibilización de la Directiva Hábitats que algunas administraciones regionales españolas sugieren, a la vista de la ausencia de acreditación y justificación de las derogaciones puntuales de dicha Directiva en las que se incurre cada vez que se mata un lobo por daños a la ganadería.

Confiamos en que el dialogo en pro de la conservación del lobo se traduzca en que las administraciones regionales españolas cumplan todas por igual la Directiva Hábitats. Velaremos por un cumplimiento estricto de la Directiva, porque sólo así se puede asegurar el cumplimiento de los objetivos por los que fue aprobada.

1- Dirección General de Medio Ambiente.
2- Subdirección General de Medio Natural.
3- Incompatibilidad de la caza y los controles de población con los mandatos legales.
4- La gestión de grandes carnívoros vs. su importancia en los ecosistemas.