Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico

Indiferentemente al Norte, Sur, Este u Oeste del río Duero, matar lobos no tiene justificación, ni científica, ni técnica. Menos aún, ética.

Entrevista a un miembro de la Junta Directiva de ASCEL publicada en el diario digital «El Español» el pasado 27/03/2025

ASCEL (Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico) pasa por ser una agrupación de personas que se basa en el trabajo voluntario de su Junta Directiva y también en la del resto de sus socios.

“No recibimos ningún tipo de subvenciones públicas por nuestro trabajo y nos financiamos a través de las cuotas anuales de nuestros socios y donaciones privadas. Nuestro principal objetivo pasa por promover la conservación, a largo plazo, de poblaciones viables y funcionales de lobos en la Península Ibérica”, explica Jorge Soto.

El pleno del Congreso aprobaba el pasado jueves, 20 de marzo, eliminar su protección especial al norte del Duero, lo que podría permitir su caza, y abre la puerta a que pueda también rebajarse la protección al sur. Una medida que salía adelante a través de una enmienda del PP al proyecto de Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario con el apoyo de Vox, Junts y PNV.

Pregunta del Periodista: ¿Cómo cree que está la situación del lobo en Castilla y León?

Según los datos oficiales publicados en el último censo de la especie, los lobos en Castilla y León han aumentado menos del 8% en los últimos 10 años, lo que supone una tasa de crecimiento anual del 0,8%, es decir la menor en una década desde los años 70. Independientemente de su estatus demográfico o área de distribución, de que haya muchos o pocos, es tal la importancia ecológica del lobo que debería estar protegido como lo están la golondrina, el buitre leonado, o el gavilán, que tienen miles de parejas en España y nadie se plantea su desprotección.

Pregunta del Periodista: ¿Es una especie vulnerable?

Hablamos de una especie vulnerable y amenazada. Está aislada del resto de poblaciones de lobo en Europa. Tiene problemas de falta de variabilidad genética y sufre altas tasas de mortalidad ilegal y atropellos. Aunque parece evidente y es público y notorio que el mayor factor de amenaza del lobo en la actualidad es la Junta de Castilla y León. Paradójicamente, la administración que debería velar por su conservación.

Pregunta del Periodista: ¿Cómo vio la medida del Gobierno, en septiembre de 2021, de que el lobo fuera especie protegida cuando entró en el LESRPE y dejó de ser cinegética al norte del Duero?

Los lobos deberían haberse protegido cuando España firmó el Convenio de Berna, hace más de 20 años. La protección del lobo en nuestro país, en el 2021, no fue debida a un capricho del Gobierno, sino a una solicitud de ASCEL acompañada de un extenso informe técnico-científico en el que justificábamos que el lobo cumplía los criterios legales y científicos recogidos en la Ley 42/2007 para merecer dicha protección. Con su protección se subsanó un error histórico con esta especie.

Pregunta del Periodista: ¿Cómo cree que ha influido estos años esa medida en Castilla y León?

No cabe duda de que, para la conservación de la especie, el hecho de que se dejara de cazar legalmente ha supuesto un gran avance. Desde el 2006 hasta el 2021 se mataron en Castilla y León, por caza y controles de población, un total de 1.104 lobos sin que esta medida haya servido para disminuir los daños al ganado. Es más, año tras año se mataban más lobos y los daños seguían aumentando. Sostener, como he escuchado a algún responsable político de la Junta de Castilla y León, que ‘cazar lobos hace que su población aumente y es bueno para su conservación’, no sólo es negacionismo científico, sino que va más allá. Es tratar a los ciudadanos como imbéciles.

Pregunta del Periodista: Hace unas semanas el consejero Juan Carlos Suárez-Quiñones presentaba, en rueda de prensa, los datos del lobo. Hablaba de un aumento desmesurado de ataques y pérdida de cabezas de ganado.

La población ha pasado de 179 grupos reproductores en el año 2014 a 193 en el último censo de 2024. Hablamos de un aumento de 14 grupos más durante diez años. Con esa tasa de crecimiento, un 8% en diez años, cualquier ciudadano medianamente inteligente podría entender que no es un aumento desmesurado. Cualquiera menos el consejero. Lo que sí que ha aumentado desmesuradamente es la cantidad de desinformación, bulos y mentiras sobre la especie, propagados desde la Junta de Castilla y León y muchos medios de comunicación de la Comunidad.

Pregunta del Periodista: Hablaba el consejero de un incremento del 47% de ataques de lobo desde que se instauró la medida en 2021. ¿Cómo lo ve?

En términos globales, los daños atribuidos al lobo en Castilla y León no supera el 0,16% del total de la cabaña ganadera en extensivo. Se trata de una afección ridícula si la comparamos, por ejemplo, con la mortalidad natural del ganado de extensivo por enfermedades, complicaciones en los partos y otras cuestiones que está entre el 5 y el 10%.

Pregunta del Periodista: Algo falla en lo que a los datos se refiere.

La Junta de Castilla y León está dando datos falsos a la sociedad, ya que antes de la protección del lobo en 2021 la administración regional solo pagaba los daños en las Reservas Regionales de Caza y al Sur del Duero. Fuera de esas zonas, los ganaderos, si querían percibir indemnizaciones por daños, debían suscribirse una póliza de seguro privada. Muchos ganaderos no daban parte porque carecían de ella o, si la tenían, estos daños no se contabilizaban porque la Junta de Castilla y León no les indemnizaba y no figuraban en las estadísticas. Tras la protección de la especie, todos los daños en la Comunidad se pagan con dinero público y son contabilizados en las estadísticas oficiales.

Pregunta del Periodista: ¿Cree que tenemos un problema con el lobo en Castilla y León?

La biodiversidad en general y el lobo en particular nunca pueden ser un problema para el ser humano. Ni en Castilla y León ni en ningún lugar del mundo. Lo que sería un problema es no tener lobos en Castilla y León. La biodiversidad y los ecosistemas completos y funcionales con todos sus ingredientes, hasta los que nos pudieran parecer más molestos, es y son garantía de nuestra propia supervivencia como humanos.

Pregunta del Periodista: ¿Dónde hay más manadas en nuestra Comunidad?

Las provincias que más grupos reproductores albergan son León y Zamora.

Pregunta del Periodista: ¿Entiende la posición de los ganaderos?

Partiendo de la base de que el lobo es un fenómeno natural como la lluvia, el sol, los robles o las amapolas y que el sector agroganadero es un sector hipersubsidiado con fondos públicos que pagamos todos los ciudadanos, es difícil entender ciertas posturas alentadas desde el populismo y la demagogia de los sindicatos agrarios.

Pregunta del Periodista: Duro ataque a estas organizaciones agrarias.

El lobo siempre ha estado ahí y estará. Si el sector quiere que se maten lobos en lugar de proteger y cuidar su ganado, quizás habría que replantearse como sociedad si merecen recibir la ingente cantidad de dinero público que reciben. Muchos de estos fondos públicos, como la PAC, se pagan con condicionantes ambientales y el objetivo de su pago es conservar el medio ambiente y la biodiversidad. Recordemos que la ganadería es un negocio privado y el lobo es un bien público que forma parte del interés general de todos los ciudadanos.

Pregunta del Periodista: ¿Cuál cree que debería ser la medida a adoptar para que conviviesen tanto los ganaderos como el lobo?

Creo que los ganaderos son lo suficientemente inteligentes para saber que hay qué hacer o qué medidas hay que implementar en sus explotaciones para no tener daños de lobo. Otra cosa es que por la razón que sea no les interese hacerlo o no lo hagan. Hay ganaderos profesionales que coexisten con el lobo y no sufren daños. Quizás sería bueno que les expliquen o informen sobre qué medidas adoptan para conseguirlo. Los daños de lobo no están relacionados con el mayor o menor número en una zona, sino con el uso o no uso de métodos de prevención para evitar los ataques.

Pregunta del Periodista: ¿Cómo vivió el acuerdo en el Congreso, el pasado día 20, en el que PP, con los votos de Vox, Junts y PNV aprovecharon la Ley de Desperdicio Alimentario para meter una enmienda que saca al lobo ibérico del Listado de Especies Silvestres de Protección Especial (LESRPE), donde fue incluido en 2021?

Con mucha tristeza y con la sensación de que España regresa a la Edad Media en materia de conservación y gestión de la biodiversidad. Utilizar al lobo como un arma o instrumento político, sin tener en cuenta todas las evidencias científicas que sostienen que la especie debe estar protegida, es una aberración y una indecencia. Las decisiones en materia de gestión de nuestro patrimonio natural deben estar basadas en la mejor ciencia disponible y no depender de criterios o decisiones políticas.

Pregunta del Periodista: ¿Qué supone esta medida?

Es una nueva vuelta de tuerca. Supone que el lobo ha pasado de ser el chivo expiatorio o la cortina de humo de todos los males del sector ganadero, a un arma política, lo cual causa vergüenza ajena en un país que se supone civilizado.

Pregunta del Periodista: ¿Ahora se va a poder cazar el lobo al norte del Duero?

No. Actualmente el lobo no es una especie cinegética en Castilla y León ni está incluido en su Ley de Caza, con lo cual su explotación cinegética o caza no es posible.

Pregunta del Periodista: ¿Es un palo para sus aspiraciones?

Desproteger al lobo y regresar a los años oscuros de su caza es un retroceso como sociedad. Es difícil explicar a los ciudadanos como en pleno siglo XXI no hay otra forma de gestionar el medio natural y una especie como el lobo que matándola a tiros. También es complicado explicar y entender cómo desde la política se decide perjudicar al interés general como es el lobo y la conservación de la naturaleza, para beneficiar los intereses de un sector privado como es el negocio de criar ganado.

Pregunta del Periodista: El siguiente paso al que se apunta es que se pueda hacer lo mismo al sur del río Duero. ¿Cómo lo ve?

Matar grandes carnívoros nativos como es el lobo no tiene justificación ni científica, ni técnica. Menos ética. Indiferentemente que la muerte tenga lugar al Norte, Sur, Este u Oeste del rio Duero.

Pregunta del Periodista: ¿Van a tomar alguna medida?

Desde ASCEL tomaremos todas las medidas necesarias que estén a nuestro alcance para conservar nuestro patrimonio natural y por ende para que no se maten lobos en Castilla y León. Algo que deberían hacer los representantes públicos de la Junta, pero parece evidente que ni lo hacen ni tiene pensado hacerlo en un futuro próximo. Todo lo contrario, parecen empeñados en destruirlo.

Pregunta del Periodista: ¿Cómo ve el futuro del lobo?

Espero que, como sociedad, valoremos la necesidad que tenemos de conservar ecosistemas completos y funcionales, donde la presencia del lobo, como especie clave, es imprescindible.

Pregunta del Periodista: Objetivo y deseo mirando al futuro.

Que cese la persecución institucional sobre el lobo para que pueda cumplir su papel en los ecosistemas. Que acabe la demagogia, los bulos, las mentiras y la desinformación sobre una especie que simplemente intenta sobrevivir en un medio humanizado donde cada vez hay menos sitio para lo salvaje. Que como sociedad valoremos su presencia entre nosotros y le permitamos hacerlo.

Luis Mariano Barrientos, in memoriam

Autor:Alberto Fernández Gil

Tuve la fortuna de conocer a Luis Mariano Barrientos cuando ambos éramos veinteañeros, y de haber sido su amigo durante décadas. Le conocí en el que probablemente fue el primer congreso lobero que tuvo lugar en España, en 1987 en Salamanca, y sin duda aquel día fue uno de esos hitos que cambian el rumbo de la vida de uno sin ser consciente de ello, al menos hasta pasados muchos años. No diré que nos convertimos en inseparables desde aquel día (Luis Mariano fue siempre un tipo solitario, aunque aparentemente extrovertido), pero los siguientes años trabajé con él a menudo, cuando la Junta de Castilla y León aún le contrataba los censos de grupos de lobos en La Culebra, e incluso en toda la región. Y sobre todo salí al campo con él cientos de veces, cada día maravillado de los lugares que habitaban los lobos esteparios que él adoraba y, ante todo, y cada día, sintiendo asombrado el don único que ese hombre tenía para detectar a los lobos, para verlos, y para entender el paisaje como nadie he visto jamás que lo hiciera, mucho más cerca de la percepción de los lobos (y sé que al decir esto me meto en un pantano) que la del resto de los humanos.

De aquellos años aprendí casi todo lo que sé de los lobos de las estepas cerealistas, nos reíamos con él hasta el desmayo (y con Miguel Rico, nuestro grandísimo colega y naturalista gigante), y supe también de las obsesiones y de la dificultad de trabajar con una persona que anteponía los lobos casi a su propia vida (confío que Rosa y sus hijos me perdonen por semejante opinión).

Luis Mariano fue no sólo una leyenda para todos los que le conocimos y le quisimos a lo largo de los años, sino sobre toda una inspiración para trabajar por la conservación de los lobos ibéricos, una persona que siguió el legado dejado por Félix Rodríguez de la Fuente en unos años oscuros y tenebrosos donde la caza, los controles de población y el furtivismo eran la norma en nuestro país. Fue en esos años en los que de su mano se creó ASCEL (y de la de Juan Ángel de la Torre y Fernando Jubete) [Nota de ASCEL: fueron nueve los socios fundadores] que creció y peleó hasta conseguir la protección de los lobos hace apenas tres años, un legado que el propio Luis Mariano llegó a conocer, y espero que a disfrutar; un legado que le debemos en gran parte, y que permite ver un futuro algo más luminoso sobre la conservación de los lobos en España.

Por Alberto Fernández Gil (Enero de 2025)

Tuve la fortuna de conocer a Luis Mariano Barrientos cuando ambos éramos veinteañeros, y de haber sido su amigo durante décadas. Le conocí en el que probablemente fue el primer congreso lobero que tuvo lugar en España, en 1987 en Salamanca, y sin duda aquel día fue uno de esos hitos que cambian el rumbo de la vida de uno sin ser consciente de ello, al menos hasta pasados muchos años. No diré que nos convertimos en inseparables desde aquel día (Luis Mariano fue siempre un tipo solitario, aunque aparentemente extrovertido), pero los siguientes años trabajé con él a menudo, cuando la Junta de Castilla y León aún le contrataba los censos de grupos de lobos en La Culebra, e incluso en toda la región. Y sobre todo salí al campo con él cientos de veces, cada día maravillado de los lugares que habitaban los lobos esteparios que él adoraba y, ante todo, y cada día, sintiendo asombrado el don único que ese hombre tenía para detectar a los lobos, para verlos, y para entender el paisaje como nadie he visto jamás que lo hiciera, mucho más cerca de la percepción de los lobos (y sé que al decir esto me meto en un pantano) que la del resto de los humanos. De aquellos años aprendí casi todo lo que sé de los lobos de las estepas cerealistas, nos reíamos con él hasta el desmayo (y con Miguel Rico, nuestro grandísimo colega y naturalista gigante), y supe también de las obsesiones y de la dificultad de trabajar con una persona que anteponía los lobos casi a su propia vida (confío que Rosa y sus hijos me perdonen por semejante opinión).

Luis Mariano fue no sólo una leyenda para todos los que le conocimos y le quisimos a lo largo de los años, sino sobre toda una inspiración para trabajar por la conservación de los lobos ibéricos, una persona que siguió el legado dejado por Félix Rodríguez de la Fuente en unos años oscuros y tenebrosos donde la caza, los controles de población y el furtivismo eran la norma en nuestro país. Fue en esos años en los que de su mano se creó ASCEL (y de la de Juan Ángel de la Torre y Fernando Jubete) que creció y peleó hasta conseguir la protección de los lobos hace apenas tres años, un legado que el propio Luis Mariano llegó a conocer, y espero que a disfrutar; un legado que le debemos en gran parte, y que permite ver un futuro algo más luminoso sobre la conservación de los lobos en España.

Luis Mariano Barrientos

 

Efectos de matar lobos a nivel de grupo reproductor

Es frecuente desde hace años escuchar a administraciones, políticos, agrocolectivos, consultores y asesores ambientales, y a gestores de lo ambiental, a los que se les supone formación académica, negar y minusvalorar, incluso en público, las investigaciones científicas realizadas sobre el efecto de la caza y de los controles letales sobre la población de lobos, esgrimiendo que los efectos no están suficientemente demostrados o son irrelevantes. Nada más lejos de la realidad. Los impactos sobre los lobos pueden ser desglosados no solo a nivel general de tamaño de población, sino incluso a nivel de la unidad social del grupo reproductor, y es posible evaluar cómo afectan las bajas mortales sobre la estabilidad y supervivencia del grupo familiar y a sus tasas demográficas (éxito reproductor, etc.). 

Una reciente investigación científica analiza estas cuestiones y el efecto sobre cada grupo reproductor en 193  grupos de lobos en cinco Espacios Naturales Protegidos de EE.UU, desde finales de la década los 80 del pasado siglo hasta la actualidad. Los resultados demuestran los perniciosos y cuantiosos efectos que la mortalidad no natural provocada por los humanos tiene internamente sobre los propios grupos y su estabilidad, persistencia y reproducción. 

Un tercio de los lobos radiomarcados en dichos espacios protegidos norteamericanos, a pesar de su protección sobre el papel, moría como consecuencia de las actividades humanas en las áreas próximas limítrofes del exterior de cada espacio protegido. Y las consecuencias sobre los grupos son prolongadas y adquieren múltiples matices, algo que nuestros gestores habitualmente ignoran.

Los grupos familiares de lobos que sufrían las bajas mortales tenían menos probabilidades de reproducirse, y la pérdida de un adulto dominante disminuía significativamente la cohesión y viabilidad del propio grupo y también de que tuvieran reproducción al año siguiente.

También se comprobó que el tamaño medio de grupo (ese que en España y Portugal es de 4,2 ejemplares, y no otro, aunque algunos se esfuercen sin éxito en elevarlo hasta 8-10 o más) influye sobremanera. Así, los grupos más grandes tenían menor fragilidad y más probabilidades de viabilidad a largo plazo para no desintegrarse, frente a los grupos más pequeños, ante la existencia de bajas ocasionadas por acciones humanas. Dichos grupos tienen más integrantes esperando una teórica posibilidad de asumir un estatus social diferente y/o funcionalidad dentro del propio grupo frente a un vacío repentino por baja mortal. Si el grupo es pequeño, las posibilidades de sustitución son menores.

Figura 1. Predicción de probabilidades según modelos estadísticos de que un grupos de lobos (a) persista y (b) se reproduzca en cinco espacios naturales protegidos de EE. UU., según la mortalidad causada por humanos sobre sus integrantes. Fuente: Cassidy, K. A. y col. (2023). Frontiers in Ecol & Environ, DOI: (10.1002/fee.2597)

Si además las poblaciones de lobos están dispersas y alejadas en el territorio, las probabilidades de persistencia y de reemplazo individual también disminuyen. La presencia de grupos grandes y lo más cercanos posibles, repartidos por amplias áreas, actúan como población «fuente» e implican una posibilidad de dispersión efectiva (que supone reproducción) mucho mayor, lo cual contribuye a la conservación a largo plazo, es decir, a la viabilidad demográfica y genética de los lobos, la cual está especialmente depauperada en España.

Pero todas esas variables nunca se tienen en cuenta en la gestión del lobo en España. Ni siquiera ahora que está protegido en el «Listado» o LESRPE. Sirva como muestra que los propios gestores, y algunos profesionales adscritos y/o contratados por parques nacionales en España, como Picos de Europa, se han erigido en los adalides y ejecutores de una gestión letal de la especie, porque «no pasa nada por matar unos lobos«, tanto a la población ibérica, como a su estado de conservación. 

Este trabajo reitera la necesidad de proyectos de seguimiento a largo plazo, sujetos a los mejores estándares éticos y científicos posibles, y de que la protección del lobo no solo se produzca en los espacios naturales protegidos, sino también fuera de ellos. Por eso es importante la protección integral de lobo, no solo a través del Listado “LESRPE”, sino también del Catálogo “CEEA” como especie clasificada como «Vulnerable». 

Sobre la problemática presencia de perros “incontrolados” en el medio natural

Posicionamiento aprobado en la Asamblea General de Socios de 2021 (Noreña, Asturias)

La presencia descontrolada de perros en la naturaleza supone un problema ecológico de gran dimensión y trascendencia internacional.

Los perros incontrolados constituyen una fracción de la población de perros que es dependiente de recursos antrópicos y/o naturales para sobrevivir, que pueden tener o no propietarios identificables y que deambulan en el espacio y en el tiempo de forma más o menos autónoma. En este conjunto de perros englobamos a aquellos que se escapan y se hacen ferales (asilvestrados), perros de cazadores abandonados, perros abandonados, o los que se alejan de núcleos humanos temporalmente.

ASCEL se opone al control letal de perros “incontrolados” como estrategia de gestión en zonas con o sin lobos en España, y aboga por:

(1) educar a la ciudadanía en la tenencia y mantenimiento de perros,

(2) el cumplimiento de la legislación en materia de protección de animales,

(3) la extracción no letal de dichos perros del medio natural, y

(4) medidas sancionadoras a los propietarios de perros que deambulen libremente.

Sobre la problemática sobre los cruces naturales entre lobos y perros

Posicionamiento aprobado en la Asamblea General de Socios de 2021 (Noreña, Asturias)

Los cruces naturales entre lobos y perros (erróneamente denominados como hibridación de lobos y perros) no constituyen un problema global de conservación en las poblaciones salvajes de lobos, como acredita la literatura científica disponible. Podrían ser un problema local, que atañe a algunas poblaciones reducidas de lobos, en ambientes fuertemente antropizados, en los límites de sus áreas de distribución, donde exista una elevada presencia de perros incontrolados o donde se encuentren sometidos a una elevada presión letal de origen humano.

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Figura 1. Hembra de lobo asociada a un grupo de perros incontrolados en Bulgaria. Fuente: Desconocida

Al igual que en el contexto internacional, no se han encontrado evidencias de cruces naturales generalizados y crecientes entre lobos y perros en España, aunque si se han observado esporádicamente, siendo un problema menor y localizado. En todas las poblaciones de lobos del mundo donde se ha analizado esta cuestión, se ha podido comprobar las tasas de “hibridación” (introgresión genética de perros en lobos) son reducidas, habitualmente en torno al 5%.

Figura 2. Sobre los caracteres fenotípicos en los episodios de «hibridación» es importante destacar que «mas anómalo» no significa «más o menos híbrido». Como prueba de ello estos dos ejemplares hermanos de una misma camada y con diferentes fenotipos. Ambos ejemplares presentan el mismo % de introgresión de ADN de perro, aproximadamente el 5%. Fuente: LIFE Mirco-Lupo.

Como existen factores de selección evolutiva en contra de los “híbridos”, además de barreras etológicas entre lobos y perros que limitan enormemente (pero no impiden totalmente) la introgresión y la viabilidad de los propios “híbridos”, la posición de ASCEL se basará en reforzar el crecimiento continuado de poblaciones de lobos, generalmente aisladas y/o amenazadas, y en reducir los factores antrópicos (en particular, la persecución letal) que impiden su crecimiento. Sólo así se conseguirá incrementar el tamaño de la población efectiva, y por ende, la viabilidad demográfica a largo plazo de dichas poblaciones.

Figura 3. Ejemplar hembra cruce lobo-perro F1 (1º generación). Fuente: Centro de Recuperación Fauna Monte Adonis (Italia).

ASCEL se opondrá al sacrificio y control letal de lobos y/o ejemplares con una adscripción específica incierta en cuanto a grado de “hibridación”, que se encuentren en compañía de ejemplares, conespecíficos o no, sin resultados conocidos a priori de análisis genéticos (con marcadores biparentales y/o genomas completos) de esos animales, porque resulta tremendamente difícil de evaluar y discriminar la tasa de introgresión genética de perros sobre los lobos (dada su variabilidad morfotípica), más aún cuando esta consideración se ha erigido en una puerta abierta a la gestión letal de ejemplares de lobos y/o ejemplares con identificación específica dudosa por características fenotípicas sujetas a patrones subjetivos de lo que es (y ha de ser) un lobo.

Figura 4. Parodia sobre el control letal de lobos e híbridos en Galicia