Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico

Reflexiones sobre los criterios utilizados en Asturias para establecer el número de lobos a sacrificar

Un análisis del Programa Anual de Control de la Población de Lobos 2014-2015

Por Javier Naves Cienfuegos
Doctor en Biología y Técnico de la Estación Biológica de Doñana-CSIC
jnaves [at] ebd.csic.es

A las razones que generalmente se esgrimen para cazar y sacrificar animales [vertebrados] salvajes (ocio y deporte, eliminación de plagas y competidores, reestablecer equilibrios ecológicos, ejercicio de la tradición, etc.) se añaden, en el caso de las poblaciones de lobos en España, otras que tiene que ver con la conflictividad social. De esta manera, términos como niveles de conflictividad, criterios sociales de gestión, capacidad social de acogida, grados de tolerancia, y otros similares, salpican los documentos técnicos y legales que enmarcan la gestión de la especie en nuestro país [1].

En Asturias, donde el lobo no es considerado especie cinegética, el Decreto 155/2002 que aprueba el Plan de Gestión del Lobo en el Principado, señala la obligación de realizar programas anuales de actuaciones de control, en los que se definan las zonas, los métodos y los cupos de eliminación y extracción de lobos (esto es, cuántos matar o camadas retirar, cómo y dónde) teniendo en cuenta tres criterios: a) los datos poblacionales de lobos, b) la predación sobre ganado atribuida a la especie, y c) la evaluación del grado de conflictividad social existente. El caso asturiano ofrece, por tanto, la posibilidad de entender que es la conflictividad social –o cómo la interpreta la administración con competencias en la gestión en este caso- a la luz de su papel dentro del conjunto de criterios señalados.

Utilizo como material de estudio, como ejemplo, el último Programa anual de control de la población de lobos (2014-2015) elaborado por el Gobierno del Principado de Asturias.

En dicho documento la administración asturiana determina 7 áreas para la gestión de los lobos, más una octava denominada “Áreas sin gestión específica” (Figura 1), y establece el número total previsto de lobos a sacrificar o extraer en cada zona en un año.

Figura 1. Zonas de gestión consideradas en el Programa Anual 2014-2015 para evaluar la demografía de la población de lobos, la predación sobre ganado atribuida a la especie,  y la conflictividad social existente; criterios todos ellos utilizados a la hora de decidir el número de lobos a eliminar o extraer en dichas zonas.
Figura 1. Zonas de gestión consideradas en el Programa Anual 2014-2015 para evaluar la demografía de la población de lobos, la predación sobre ganado atribuida a la especie, y la conflictividad social existente; criterios todos ellos utilizados a la hora de decidir el número de lobos a eliminar o extraer en dichas zonas.

El citado plan de control aporta datos sobre los dos primeros criterios considerados en el Plan de Gestión del Lobo para establecer cupos de lobos a sacrificar (predación sobre ganado, población de lobos), y hace consideraciones genéricas sobre el tercero (conflicto social), sin aportar ninguna observación o detalle de cómo se define el criterio de conflictividad, ni de sus posibles valores.

El planteamiento metodológico de este pequeño ejercicio que propongo es simple: si de la “ecuación” con tres variables que van a justificar la muerte de un número determinado de lobos, conocemos los datos de dos de ellas (predación sobre ganado y población de lobos), podremos cuantificar la desconocida (el grado de conflictividad) una vez despejada. En la Tabla 1 aporto los datos utilizados para el análisis, extraídos del mencionado documento [2].

tabla1
Tabla 1. Datos utilizados en este trabajo. Fuente: Programa anual de control de la población de lobos 2014-2015 y elaboración propia [2].
(i) Se utilizan el número total de grupos (37 seguros y 2 probables) y el número de grupos reproductores, 29, dados en el documento.
(ii) He considerado que una camada – c – equivale a 4 ejemplares, un grupo reproductor equivale a 6 ejemplares; un grupo no reproductor equivale a 2.

He llevado a cabo análisis de regresión donde la variable a que queremos explicar es el número previsto de lobos a eliminar durante un año, en el ejercicio de 2014-2015. En el análisis las variables que a priori pueden explicar ese número de lobos a eliminar son los criterios que establece el Plan de Gestión de los que disponemos de datos: a) el importe pagado por predación sobre ganado (en miles de €), y b) el número de lobos en el año anterior (2013), estimados del nº total de grupos o del nº de grupos reproductores del año anterior (2013). Podemos entender así que la variabilidad en los datos no explicada por las regresiones responde al tercer factor no conocido (el conflicto). Los resultados detallados del análisis se incluyen en las notas al final del documento [3, 4].

Los resultados indican que las variables nº grupos lobos y miles €, las únicas conocidas, explican un 33% de la variabilidad del número de lobos a eliminar [5]. Por lo tanto, 2/3 de la varianza sin explicar estarían asociados al tercer factor de la ecuación, la conflictividad social, que parece por tanto tener un significativo papel a la hora de establecer y aprobar los objetivos de eliminación de lobos en las diferentes zonas  en el periodo 2014-15. Sin embargo, los datos relativos a conflictividad social son desconocidos (nada he podido encontrar en el documento) [6].

No obstante, el análisis que he realizado tiene limitaciones y asume algunas premisas. Señalo algunas:

En primer lugar, he realizado un análisis simple tomando como variables predictoras los datos del año precedente (2013 en este caso). Formalmente los programas anuales deberían establecer los cupos de extracción, según lo dicho en el Plan de Gestión del Lobo (el subrayado es mío):

a partir del análisis de los datos poblacionales recogidos, la evolución del número de daños y la evaluación del grado de conflictividad social existente

Pero ni en el Plan de Gestión ni en los Programas Anuales se aclara qué periodos se utilizan para el análisis de los datos poblacionales, qué periodos se usan para analizar la evolución de los daños, y cómo se evalúa el grado de conflictividad. En cualquier caso, la posibilidad de incluir los datos disponibles de otros programas anuales de control (al menos sobre número de grupos y coste de los daños) en análisis similares a los aquí realizados, permitiría, aumentando el tamaño de la muestra, considerar más variables (por ejemplo, las tendencias o “evoluciones” que señala el Plan) y facilitaría una mejor comprensión de cuáles han sido los criterios utilizados en la realización de los mencionados programas anuales de control de población.

Y en segundo lugar, con este análisis  he pretendido desentrañar cuánto pesa el criterio conflicto social frente a los otros dos criterios con datos conocidos (para el Programa 2014-15). Sin embargo, el análisis no dice nada sobre qué es ese conflicto social, y cómo lo entiende la administración a la hora de establecer los números de lobos a eliminar cada año. De hecho, el significado de los tres criterios no es, a mi entender, muy claro. Porque ¿qué significa que el número de lobos es un criterio a considerar, independientemente de los otros dos? Si ese número de lobos no está definido por los daños ni el conflicto social, ¿a qué tipo de umbral nos estamos refiriendo? Pero volviendo al tema de mi análisis, si la conflictividad social es algo diferente de la predación sobre ganado (o los euros abonados en ese concepto) ¿qué es entonces realmente? ¿pérdidas económicas no valoradas? ¿pura hostilidad?

Creo que nuestra capacidad de hacer las cosas cada vez mejor depende de entender cómo se han hecho. En este caso, racionalizar la gestión de la población de lobos en Asturias. Mi pretensión con este pequeño “ejercicio” es, más que dar resultados o respuestas, sugerir ideas para avanzar en ese camino.

Notas

[1] Grupo de Trabajo del Lobo. 2005. Estrategia para la conservación y la gestión del lobo (Canis lupus) en España. Comisión Nacional de Protección de la Naturaleza. Conferencia Sectorial de Medio Ambiente. Ministerio de Medio Ambiente.

[2] Ha sido necesario realizar algunas estimas para cuantificar algunos parámetros (p.e., a cuántos ejemplares equivale una camada a extraer o un grupo de lobos a sacrificar). He considerado que una camada equivale a 4 ejemplares; un grupo reproductor equivale a 6 lobos; un grupo no reproductor equivale a 2.

[3] Se construyeron modelos lineales generalizados (GLM) utilizando una función binomial negativa para el ajuste. El análisis realizado con las dos variables simultáneamente incluidas en el análisis (nº de grupos y euros por daños) resulta forzado dado el pequeño tamaño de muestra (N=8 zonas). Se añaden los análisis con una sola variable con objeto de ofrecer mayor seguridad en los resultados.

[4] Resultados de los análisis de los modelos construidos con datos del Programa anual de control de la población de lobos 2014-201). Variable respuesta: número previsto de lobos a eliminar; potenciales variables predictoras con datos conocidos: a) daños (miles de € 2013) y b) el número total de grupos 2013. Los análisis se realizan con los datos de cada zona (N=8).

(i) AIC = Criterio de Información de Akaike (una  reducción de 2 o más unidades respecto al modelo nulo equivale a modelos estadísticamente significativos). (ii) D<sup srcset=2 (%) ≈ varianza explicada de las variables consideradas en cada modelo (en %).” width=”650″ height=”267″>

(i) AIC = Criterio de Información de Akaike (una reducción de 2 o más unidades respecto al modelo nulo equivale a modelos estadísticamente significativos). (ii) D2 (%) ≈ varianza explicada de las variables consideradas en cada modelo (en %).

[5] El escaso poder predictivo de las variables daños y número de grupos de lobos queda patente en que ninguno de los modelos construidos es estadísticamente significativo (AIC < 2 respecto al modelo nulo en todos los casos). En el planteamiento realizado, el conflicto social debe de ser el factor que aportaría consistencia (significación) al modelo al acumular el grueso de varianza. Los resultados obtenidos con el número de grupos reproductores en vez de los mostrados con el número de grupos de lobos total son similares (no los anoto para no aburrir en exceso con los números).

La zona denominada Áreas sin gestión específica, con 63.9 mil € de daños atribuidos a los 3 grupos de lobos existentes y una propuesta de eliminación de todos los ejemplares (14 estimados en estos análisis) juega un papel clave en la falta de proporcionalidad de los criterios (y por tanto en los resultados obtenidos). Podemos comparar esta zona con, por ejemplo, la zona 01-Noroccidental con algo menos coste de daños (43.3 mil €) y el mismo número de  grupos de lobos (3) pero donde está prevista la eliminación de dos ejemplares.

Hay que ser prudentes en la interpretación de los valores absolutos de los números de lobos a eliminar o extraer previstos en caza zona (y para el año estudiado). El análisis realizado observa simplemente si la distribución del número total de lobos previsto a sacrificar en el conjunto del año entre las diferentes zonas guarda proporcionalidad respecto a los criterios (daños y nº de lobos) con objeto de atribuir el resto de la varianza al tercer factor (conflicto social). No estoy examinando el efecto demográfico (y por extensión ecológico) que esos números puedan tener sobre la población de lobos.

[6] Fernández-Gil (2013) llega a similares conclusiones mediante un análisis diferente, considerando (para el periodo 2006-2009) el número de lobos sacrificado realmente (no el previsto) como variable respuesta y como variables explicativas el número de grupo de lobos, los daños (€) y el número de noticias sobre daños en un periódico regional de Asturias como indicador del conflicto social. El número de noticias parecía ser la variable con mayor poder explicativo del número de lobos que fueron realmente sacrificados.


Participación de guardas de cotos, ganaderos y cazadores en “erradicación de ejemplares”

Las entidades conservacionistas representadas en el Comité Consultivo del Plan de Gestión del Lobo en Asturias hemos solicitado a la administración asturiana (pdf, 53 KB) información sobre los fundamentos legales y técnicos según los cuales guardas de cotos, ganaderos y cazadores se suman al personal de la administración pública “para tratar de erradicar ejemplares”.

Artículo: Impactos derivados de la pérdida de un ejemplar reproductor

La muerte de hembras reproductoras amenazan la supervivencia de la manada pero no la de la población. Cuando un lobo reproductor muere, su sexo y el tamaño de la manada a la que pertenece puede determinar si esa manada saldrá adelante o no. Estas son las conclusiones de un reciente estudio publicado en la revista Journal of Animal Ecology.

En 2012, los biólogos del Parque nacional de Denali (Alaska) observaron una disminución en los avistamientos de lobo tras la muerte de una hembra reproductora. La investigación de Bridget Borg, bióloga de la Universidad de Alaska para el Servicio de Parques Nacionales giró en torno a los cambios en la manada, la reproducción y el crecimiento de la población a raíz de la muerte de ejemplares reproductores, los cuales constituyen el núcleo de la manada y tienen una importante función de cohesión social.

Bridget Borg y otros investigadores examinaron los datos recogidos de 70 manadas del Denali National Park. La muerte de un individuo reproductor coincidió con el 77% de los casos en los que ya no se encontraron manadas, pero su muerte no siempre conduce al final de éstas. En uno de cada tres casos en los que murió un lobo reproductor, la manada continuó.

El sexo del individuo reproductor y el tamaño de la manada antes de su pérdida son factores importantes. La probabilidad de que la manada continúe adelante es menor si la que muere es la hembra reproductora o si el tamaño de la manada era ya reducido antes de su muerte.

Las conclusiones que aportan los datos de la investigación también señalan que la muerte de un lobo reproductor tiene una mayor influencia en una manada si el lobo muere durante la temporada de celo o cría. Pero, sorprendentemente, las tasas más altas de mortalidad no corresponden a un menor crecimiento de la población. Ello sugiere que los lobos pueden compensar la pérdida de individuos reproductores de diversas formas, sustituyéndoles rápidamente por otros que ejerzan la misma función o con un mayor éxito reproductivo al año siguiente.

Por tanto, aunque la pérdida de reproductores puede ser importante a nivel local, parece tener poco efecto a nivel poblacional.

Para más información y acceso al artículo AQUÍ.

La fuente original AQUÍ ha sido traducida por Carmen Toribio (Mamen).

Referencia: Borg, B. L., Brainerd, S. M., Meier, T. J., Prugh, L. R. (2014), Impacts of breeder loss on social structure, reproduction and population growth in a social canid. Journal of Animal Ecology. doi: 10.1111/1365-2656.12256

Éxito de la captación de fondos para costas procesales

Estimados socios y simpatizantes,

Como os informamos recientemente, el Tribunal Superior de Justicia de Asturias desestimó en Abril nuestro recurso contra las batidas de lobos en el Parque Nacional de Picos de Europa. La sentencia condenaba a ASCEL al pago de las costas procesales: 1.117, 52 €. Por ese motivo arrancó una campaña de captación de fondos.

A día de hoy, podemos considerar que la campaña ha tenido éxito, y darla por finalizada al haber alcanzado 988 €. Esa cantidad implica que podemos prácticamente saldar las costas procesales sin comprometer nuestra capacidad de afrontar futuros trámites.

Desde ASCEL queremos expresar nuestro agradecimiento mas sincero, a todas las personas particulares y agrupaciones que de forma generosa os habéis implicado en esta campaña. Y tenemos especial interés en que podáis comprobar por qué la arrancamos en su día: aquí tenéis enlaces a la Sentencia 90067/2014 del TSJA que reclama las costas procesales, y al Decreto 00265/2014 del TSJA que fija el importe de las mismas.

Resaltar además que esta campaña nos permite afrontar con algo más de seguridad otro proceso judicial en cual nos hemos personado (junto a Ecologistas en Acción), el relativo a la eliminación furtiva de nueve lobos, entre Octubre y Diciembre de 2013, en la Reserva de Caza de Saja (Cantabria).

Muchas gracias.

Muchos lobos (en Castilla y León)

Leemos con interés estos días que hay nuevos datos sobre los lobos presentes en el territorio de Castilla y León (CyL). A falta del informe técnico para evaluarlos, nuestro análisis es necesariamente somero, ceñido a la información que la administración de CyL ha decidido resaltar.

Antes de nada, cabe destacar que si podemos reseñar aquí esa nueva información sobre la población de lobos es porque una administración ha dedicado esfuerzo a obtenerla, y a presentar públicamente los resultados. Esa actitud es desafortunadamente rara en España. Esperemos que otras administraciones regionales imiten la medida, se esfuercen en conocer el estado de las poblaciones de animales y plantas sobre las que tienen responsabilidades de gestión, y en contárselo al público.

De la nota difundida por CyL en Internet parece trasmitirse optimismo: dice que detectan un incremento (20%) en el número de grupos; de 149 en un conteo durante 2000-2001 a 179 en el último. La noticia añade también que el conteo ha cubierto la totalidad de la superficie de la comunidad autónoma. No dice en cambio si en 2000-2001 se empleó el mismo esfuerzo, o si el incremento del 20% tiene en cuenta las diferencias de cobertura entre conteos. Tampoco lo aclara la presentación de resultados (ppt, 6MB) que acompaña a la nota; en ella, se comparan de forma directa los números actuales con los de 2000-2001.

Tendremos por tanto que ser cautos al evaluar los resultados, ya que sin conocer y estandarizar el esfuerzo de muestreo no es posible constatar incrementos ni declives. Es de suponer que los técnicos de CyL conocen el consenso científico al respecto de considerar el esfuerzo de muestreo a la hora de comparar conteos, y que sea la inmediatez del formato divulgativo la que genere las dudas. Lo sabremos cuando el informe correspondiente sea público.

Otro de los aspectos siempre llamativos de los llamados censos de lobo en España, y CyL no es excepción, es el afán por convertir los conteos de grupos en conteos de individuos. Dado que los individuos no se cuentan, para tal conversión hay que asumir un número de individuos por grupo. Se podrían entonces plantear diversos escenarios para reconocer la incertidumbre de tales asunciones, así como la variación estacional en el tamaño de grupo. Sin embargo, CyL aporta sólo el tamaño de grupo en verano – es decir, el máximo – para ofrecer sus cifras. Dice la nota además que han tenido en cuenta los individuos flotantes, es decir, aquellos que no forman parte estable de ningún grupo. Desconocemos como es posible conocer esa cifra con el método de censo declarado. Y la incertidumbre llama a la especulación: quizá venga bien la elección de CyL a la hora  de justificar cupos cinegéticos.

Por lo demás, la administración castellano-leonesa parece extraer conclusiones también optimistas en cuanto a su propia gestión. Otra de las fuentes que recoge la noticia del censo, El Confidencial, aporta declaraciones en este sentido a cargo del director general del Medio Natural de CyL, José Ángel Arranz:

Arranz ha incidido en que precisamente sea en las zonas donde más lobo se caza donde haya un mayor aumento de la población y manadas, lo que respalda que la actividad cinegética “no pone en peligro la especie”

Rescatamos algunas aportaciones de la literatura científica relacionadas con esa interpretación. Por ejemplo, el clásico de Rolf Peterson y coautores, Wolves of the Kenai peninsula, Alaska, publicado en 1984 en Wildlife Monographs1. En él, los autores recaban y discuten los efectos de la caza sobre la estructura de la población de lobos estudiada. Así, en el apartado de conclusiones del citado trabajo, leemos:

Empirical data indicated that wolf density declined when harvest the previous winter exceeded 40% and increased when harvest was <35%

Thus, we predict that, compared to unharvested populations, harvested wolf populations should consist of smaller packs,
contain a higher number of packs per area, and include a higher total number of pups

El primer párrafo se traduce en que el nivel de extracción puede determinar que la población de lobos disminuya, o aumente. El segundo dice que, en comparación con poblaciones no explotadas, las poblaciones de lobos sometidas a extracción estarán formadas por más grupos, siendo estos más pequeños e incluyendo mayor número de cachorros.

No es un resultado aislado. Similares implicaciones extrae Haber (1996)2 de sus datos sobre los lobos de Alaska (enlace al pdf debajo). También se pronuncia en la misma línea el mucho más reciente More than Mere Numbers: The Impact of Lethal Control on the Social Stability of a Top-Order Predator de Wallach et al. (2009)3. Este último es un artículo de acceso público. Rescatando un párrafo del sumario, leemos:

Comparison of abundance and stability among all sites and years demonstrated that control severely fractures social groups, but that the effect of control on abundance was neither consistent nor predictable. Management decisions involving large social predators must therefore consider social stability to ensure their conservation and ecological functioning

Es decir, “el control de población fractura los grupos sociales, pero su efecto sobre la abundancia fue inconsistente e impredecible. Las decisiones de manejo que atañen a grandes carnívoros sociales deben por tanto considerar la estabilidad social para asegurar su conservación y función ecológica”.

Desconocemos que razones llevan, según El Confidencial, al Sr. Arranz ha interpretar los datos como lo hace, y a ignorar la literatura científica en asuntos que parecen ser su responsabilidad. En cualquier caso, a la vista de la misma no compartimos sus conclusiones, ni su auto-evaluación favorable.

Referencias
[1] Peterson RO, Woolington JD, Bailey TN. 1984. Wolves of the Kenai peninsula, Alaska. Wildlife Monographs: 3–52
[2] Haber GC. 1996. Biological,  Conservation, and Ethical Implications of  Exploiting and Controlling Wolves. Conservation Biology 10:1068–1081
[3] Wallach AD, Ritchie EG, Read J, O’Neill AJ. 2009. More than Mere Numbers: The Impact of Lethal Control on the Social Stability of a Top-Order Predator. PLoS ONE 4:e6861

Preocupación por el lobo en Portugal

ASCEL se une a las ONGs ibéricas que demandan conservación real para los lobos, no garantizada únicamente por protección estricta sobre el papel. Para muestra, el vecino Portugal.

Organizaciones firmantes:

  • ALDEIA – Acção, Liberdade, Desenvolvimento, Educação, Investigação, Ambiente
  • ANPC – Associação Nacional de Proprietários Rurais, Gestão Cinegética e Biodiversidade
  • APGVN – Associação Portuguesa de Guardas e Vigilantes da Natureza
  • ASCEL – Asociación para la Conservación y Estudio del lobo Iberico
  • Associação de Caça e Pesca de Merufe
  • BALADI – Federação Nacional dos Baldios
  • CARNIVORA – Núcleo de Estudos de Carnívoros e seus Ecossistemas
  • CMN – Clube de Monteiros do Norte
  • CONFAGRI – Confederação Nacional das Cooperativas Agrícolas e do Crédito Agrícolade Portugal, CCRL
  • COREMA – Associação de Defesa do Património
  • Ecologistas en Acción
  • FAPAS – Fundo para a Protecção dos Animais Selvagens
  • Grupo lobo – Associação para a Conservação do lobo e do seu Ecossistema
  • Grupo lobo de Euskadi
  • IWRT – Iberian Wolf Research Team
  • LPN – Liga para a Protecção da Natureza
  • Plataforma para la Defensa de la Cordillera Cantábrica
  • WWF España
  • WWF Portugal