Lobo “M237” radiomarcado en Suiza es abatido ilegalmente por un cazador en Hungría tras haberse desplazado miles de km por Centro Europa

En múltiples ocasiones los medios de comunicación nos muestran que los lobos son capaces de ocupar hábitats altamente humanizados y de cruzar barreras notables. Sin embargo esos mismos medios omiten que el aprendizaje puede ser vital y que los estudios de telemetría también muestran como infraestructuras viarias (como simples carreteras nacionales) pueden limitar frecuentemente los movimientos de los lobos, siendo incluso utilizados para delimitar áreas de campeo habituales, o la elevadas tasas de mortalidad provocadas por el ser humano que soportan estos animales y que impiden su recuperación, como sucede en España y Portugal. 

Múltiples noticias tienden -por su carácter extraordinario- a sobreestimar además la capacidad de dispersión y flujo genético entre las poblaciones de lobos. Los lobos son extraordinariamente móviles, pero no están exentos de muerte por su inteligencia y psiquismo, especialmente si permite o tolera su muerte en forma de caza recreativa, etc. En Norteamérica, con datos de miles de lobos radiomarcados, se ha comprobada como la mayoría de los eventos de dispersión tienen lugar a menos de 100 km de lugar de nacimiento. Pero existe una minoría de ejemplares que son dispersantes “a larga distancia”. Y una minoría, de entre la minoría, llega a reproducirse incluso, como sucedió con un celebérrimo lobo en California. En Europa, los eventos de dispersión también son habitualmente a corta distancia, pero los que acontecen con ejemplares que alcanzan amplios dominios vitales también son objeto de atención mediática. Uno de ellos ha sido protagonizado por un lobo suizo radiomarcado llamado “M237”, cuya trayectoria vital (incluidos sus orígenes) y movimientos, saltaron a la luz pública ante la tremenda magnitud de sus desplazamientos por más de 2.000 km a lo largo de Centro Europa entre 2022 y 2023.

Figura 1. Lobo M237

Figura 2. Movimientos por Centro Europa del lobo suizo M237

Figuras 1 y 2. Lobo suizo M237 y extracto cartográfico de sus movimientos por Centro Europa entre 2022 y 2023

Lamentablemente, la mayoría de estos eventos acaban con la trágica muerte de los ejemplares de lobos como consecuencia de la presión humana (caza, atropellos, etc.), como sucedió con un ejemplar de lobo germano-polaco asentado en Dinamarca como consecuencia de un evento de dispersión y cuya muerte por disparo fue grabada en directo. De nuevo se repite ese lamentable suceso y el lobo “M237” ha sido abatido en Hungría por un cazador. No obstante, el equipo de investigación colaboró con las autoridades, y afortunadamente las pesquisas emprendidas han resultado en la detención del cazador que ilegalmente mató a ese ejemplar de lobo. El relato de todo ello lo podéis encontrar en la página de redes sociales de la asociación polaca “Stowarzyszenie dla Natury Wilk”.  

En el contexto internacional se ha comprobado como las tasas de mortalidad por caza ilegal suponen entre el 32 y 74% de la mortalidad en grandes carnívoros terrestres, lo cual tiene serias implicaciones desde el punto de vista de la conservación. Los eventos de dispersión entre subpoblaciones de lobos incrementan las probabilidades de conservación a largo plazo al permitir el intercambio demográfico, pero ese intercambio solo es efectivo a través de la reproducción entre ejemplares de poblaciones distintas. Maximizar el intercambio genético entre subpoblaciones de lobos a nivel europeo es una necesidad y debería ser un gran objetivo al cual nuestros gestores no prestan la suficiente atención, a pesar de la extraordinaria necesidad para que eso se produzca y se reduzcan los problemas de pérdida diversidad genética que asolan a nuestras poblaciones, incluida la ibérica.

Un evento de movimientos y dispersión tan extraordinario como el que estaba protagonizando el lobo suizo radiomarcado “M237”, que se ha movido por más de 2000 km a lo largo de Europa, desafortunadamente ha acabado trágicamente por la acción ilegal de un humano irresponsable. Así pues, ese extraordinario periplo vital no contribuirá a incrementar la viabilidad demográfica y genética europea de lobos. La dispersión no ha sido efectiva. Como la protección, en este cas particular e individualizado en este ejemplar “M237”.  

Es conocido que existe una mortalidad críptica (no detectada) de caza ilegal de lobos, que parecer ser aún más elevada que la mortalidad inferida a partir de los trabajos de radiomarcaje. En ese sentido, es un hecho científico, que la persecución humana sobre lobos, incluso donde están estrictamente protegidos, en forma de caza legal e ilegal, no solo es perniciosa para la viabilidad a largo plazo, sino que es mucho más elevada que lo que se asume en “círculos oficialistas”. Por ejemplo, en Escandinavia se pudo comprobar cómo el crecimiento anual teórico de una población de lobos debía haber sido cuatro veces superior a lo observado (990 lobos frentes a los apenas 200 censados), lo cual significaba que muchos ejemplares (y no todos están radiomarcados) habían perecido ilegalmente en proporciones mucho mayores que las estimadas a partir de los datos de mortalidad por el propio radiomarcaje. En el estado norteamericano de Idaho (EE.UU), donde se mataban legalmente hasta 275 lobos (33% de la población censada en 2009) a través de la caza recreativa, se comprobó cómo los cazadores no informaban adecuadamente de los lobos muertos en los lances cinegéticos y que el número de lobos muertos tenía que ser un 84% superior a lo inicialmente considerado para explicar los niveles poblacionales de dichos lobos. 

Por todo ello, la necesidad de cumplimiento efectivo de ese marco de protección que demanda ASCEL y la elevación de la protección legal a través de su catalogación como especie protegida, no solo en España, sino en toda Europa.

El caso del lobo “M237” muerto en Hungría y nacido en Suiza, saldado con su muerte, escenifica la necesidad de una protección homóloga firme y estricta sobre todos los lobos y en toda Europa.